¿Y si el President Quim Torra forzó su inhabilitación?

Antes de empezar permítanme que dude de cualquier estrategia por parte del independentismo, pero pongo a un lado al Molt Honorable President Quim Torra porque nunca fue (ha sido) un político y, al menos, es un hombre leído que sabe escribir artículos.

Bien.
En el juicio farsa del tribunal comandado por un leonés, el President Quim Torra dijo eso de mi condena será vuestra condena.
-Por favor, aplausos-

Aunque creo que a esos presuntos prevaricadores de la meseta les importa una higa que dentro de 6 o 7 años Estrasburgo de la razón al President Torra, tal como hizo con Atutxa y Otegi.
Ellos saben que que pueden retorcer la justicia como deseen, que lo importante es el presente, el futuro les da igual...
Pero hunde más la maltrecha reputación de España. Por poner un ejemplo, costará mucho que el mundo occidental vea a Turquía, Polonia o Hungría como democracias plenas.
Pues lo mismo.
España (Madrid) está perdiendo la mitad de la inversión extranjera.

La cuestión es que, una vez más, se ha dado visualización al conflicto, se alimenta la marca Francoland y, sobre todo, se llena de indignación a un independentismo que parecía un tanto "destrempado". 
Y a todo ello hay que sumar el motivo partidista por el que Junts saldrá reforzado por encima de ERC. Mucho más si los de la Esquerra hacen alguna locura cuando condenen al President Torra.

Sí, parece que el President sabía que lo inhabilitarían por el lazo, pero que sería una manera de dejar desnuda a la justicia castellana una vez más.

Luego está el aspecto técnico del juicio de ayer; tanto el abogado Boye como el President Torra pudieron explayarse a gusto, solo les faltó utilizar las palabra "inquisidores" y "prevaricadores", aunque se entendió igualmente. Hay que reconocer que bien vale una inhabilitación el poder decirle a un tipo de León todo lo que le dijeron ayer son mucha sorna.

Repito, no se puede escuchar en todos lo juicios lo que ayer soltaron el President Torra y Boye. En todo momento se expresaron como si estuvieran delante de una pantomima, ópera bufa...


Transcripción del alegato final de President Torra


Buenas tardes. Yo sí me dirigiré a usted como Excelentísimo Presidente del tribunal de esta sala, señorías (refiriéndose a que en el juicio político no quisieron dirigirse al President Torra como Molt Honorable).

En primer lugar, creo que me toca aclarar un hecho que usted no me ha permitido aclarar antes, que es por qué no he contestado al Ministerio Fiscal ni a Vox cuando he tenido la oportunidad de poder contestar. Se lo explico porque creo que lo necesita saber la sala, y también la ciudadanía. Desde que el señor Pedro Sánchez, presidente en funciones del gobierno español, dijo que el ministerio fiscal dependía del gobierno del Estado, dejó de tener ningún tipo de imparcialidad. Ya no es un organismo que vela por la legalidad, sino que vela por los intereses del Estado.

Yo simplemente digo que no he contestado al Ministerio Fiscal porque creo que no es un garante de la legalidad, sino de los intereses del gobierno. Si me permite, seguiré con las palabras de última defensa, en el que creo que tengo el derecho que usted no me interrumpa.

Lo ha comentado mi abogado defensor: no es la primera vez que un presidente se sienta ante un tribunal. Desgraciadamente, desde la recuperación parcial de la soberanía de los catalanes en 1931 con la Generalitat de Catalunya, nueve presidentes de la Generalitat se han visto sometidos a algún tipo de juicio o han tenido que marchar al exilio. Un presidente que yo quiero mucho, Josep Irla, murió en el exilio después de hacerse cargo de la presidencia en unas condiciones dificilísimas, tras un crimen de Estado que cometió España asesinando Lluís Companys con la colaboración de la Gestapo y de la policía franquista.

Sólo hay que ver qué ha pasado con los tres últimos presidentes de la Generalitat de Catalunya: el presidente Artur Mas, también juzgado por este mismo tribunal y sentenciado y condenado con la voluntad de arruinar su familia a través del Tribunal de Cuentas. O lo que está pasando con el presidente Puigdemont, que vive en el exilio sencillamente porque, junto con su gobierno, fue el presidente que permitió a los catalanes ejercer su legítimo derecho de autodeterminación votando en un referéndum de independencia de Cataluña y proclamándola después, el 27 de octubre.

Pero ciertamente es excepcional, es la primera vez que un presidente de la Generalitat en ejercicio se sienta en el banquillo. Esto hace que sea un juicio especial. Y pienso que evitar que más presidentes de la Generalitat sean juzgados por parte de una justicia, que de ninguna manera podemos considerar que es imparcial, y luego intentaré explicarlo, no deja de ser una razón más por la que una gran mayoría los catalanes queremos culminar el proceso de independencia y convertirnos en una república catalana. Es la única opción que tienen los catalanes para que sus derechos sean respetados, para que este país se gobierne de una manera radicalmente democrática, para que se vele en todo momento por una observancia de los derechos sociales, civiles y políticos y para que se respete por encima de todo la voluntad popular. La voluntad popular, que es la primera institución republicana, y la segunda, añado, debería ser respetarla.

Hay unas palabras muy bonitas que desgraciadamente no escribí yo, pero son como sigue: "Si la libertad de expresión nos es tomada, entonces, aturdidos y en silencio, nos conducirán como ovejas hacia el matadero." No son mias, son del primer presidente que tuvieron los Estados Unidos, el presidente Washington. Por cierto, un país que se liberó del dominio británico sencillamente por la fuerza de la libertad, dotándose de una Constitución propia, abrazando con toda la fuerza de sus anhelos de libertad aquella independencia. Me sirve la frase para decirles que los catalanes no somos ovejas, esto ya lo dijo el consejero Turull.

Y yo no he venido ni aturdido ni en silencio. Yo he venido aquí firme y decidido. Y pienso que mi defensa lo ha expresado así. A decirles que no he venido aquí a defenderme de nada, que yo cumplí con el deber de mi cargo y que si vengo a algo es a acusar el Estado, no sólo de haber vulnerado mis derechos, sino de haber pretendido que vulnerara los derechos de mis compatriotas.

Que este juicio no ha tenido las garantías necesarias me parece obvio, y la defensa lo ha puesto de manifiesto. Que este tribunal no es un tribunal imparcial me parece aún más obvio. Y lo siento, lo lamento mucho. Yo estudié derecho. Durante algunos años ejerció de abogado en una compañía de seguros. Amo la justicia, he estimado el derecho público catalán, aquellas viejas instituciones catalanas de antes de 1714, cuando los catalanes sí que nos regíamos a nosotros mismos. He estudiado también el derecho civil catalán. Y, por tanto, desde esta estima por la justicia, no creo que mi defensa hubiera tenido que pedir su recusación, creo que ustedes deberían haber abstenido de estar hoy aquí. Se lo digo sinceramente. Y no puedo sino lamentar que, por si fuera poco, hayan, ahora mismo, acabado de rechazar lo que creo que era otro derecho que yo tenía, que es que este caso fuera también evaluado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Lo lamento mucho. Pero, en cualquier caso, seguro que este caso también llegará, a los tribunales europeos, donde los catalanes encontramos la justicia, porque ya no la podemos encontrar en ninguna parte de España.

Permítanme también que en estos momentos de mi intervención quiera también dirigirme a todas aquellas personas que por culpa de la justicia se han visto privadas de derechos fundamentales. Lo hemos visto en el proceso de nuestros compañeros, pero también lo estamos viendo cada día en la cantidad de casos que hay todavía pendientes de ser evaluados, de todas las personas que en estos momentos están involucradas en alguno de los sumarios a los tribunales de primera instancia, los miembros de la sindicatura electoral del Primero de Octubre, también las personas que en estas últimas semanas y meses han sido detenidas y de las que no se respeta ni la presunción de inocencia ni el derecho a la defensa. A todas ellas, a todas sus familias, los quiero enviar mi mayor solidaridad.


Si la pregunta es si acaté o no la orden de la JEC, la respuesta no puede ser más sencilla: por supuesto que no. No podía ni debía hacerlo como presidente de la Generalitat.

Si la pregunta es si debía acatarla, claro que no, porque no se puede acatar una orden que es ilegal.

La estrategia de la Junta Electoral Central ha consistido justamente a poner a todos juntos, creo que también a ustedes, en esta disyuntiva de tener que desobedecer o tener que prevaricar. Yo tengo muchas obligaciones como presidente de la Generalitat, pero la primera es velar por los derechos y libertades de mis compatriotas, todos los derechos y libertades. En este país ha costado mucho. Muchas generaciones de catalanes han tenido que luchar, muchas luchas compartidas, como dice el amigo Jordi Cuixart, se han tenido que tirar para adelante. Porque las luchas son compartidas y las libertades son solidarias. Y para que todos podamos disfrutar de las libertades solidarias de este país, mucha gente ha tenido que luchar centímetro a centímetro por sus derechos y sus libertades. Generación tras generación.

Lamento que el fiscal haya dicho que el tema de las pancartas es sólo en el periodo electoral. Es falso. En estos momentos se nos ha requerido a través de un recurso contencioso administrativo por una medida cautelar que retiramos también fuera del periodo electoral las pancartas por los presos políticos y exiliados. Lo que probablemente me acabará suponiendo otra querella. En cualquier caso, si para defender los derechos y libertades de mis compatriotas tengo que venir a un juicio y tengo que ser condenado, bienvenida sea la condena.

Lo que les quiero decir a todos ustedes es que no vengo aturdido ni en silencio, yo vengo a decirles que no renunciaré nunca a defender los derechos civiles, sociales y políticos de todos los ciudadanos catalanes. De todos. No solo los independentistas. De todos. Que yo nunca renunciaré al derecho de autodeterminación de Catalunya, nunca renunciaré a defender nuestros presos políticos y exiliados y que tampoco nunca renunciaré a la dignidad de todos aquellos que han ejercido el cargo de presidente de la Generalitat y que me han precedido.


El Primero de Octubre del 2017, los catalanes tomaron una decisión histórica. Creo que ustedes intervinieron y lo conocen perfectamente. Contra una violencia policial inaudita, una violencia amparada por el rey de España, los catalanes votaron y dos millones de catalanes decidimos constituirnos en un estado independiente en forma de república. Esta decisión, señorías, ha comportado enormes sacrificios para mucha gente, muchos sacrificios para muchas familias. Ha supuesto un choque emocional que este país vive con este trastorno. Ustedes no pueden impedirnos que nosotros no dejamos de reivindicar un día y otro los que más han sufrido y sufrido por haber defendido los derechos de todos nosotros.

Saben que fui elegido presidente de la Generalitat en medio de la aplicación del artículo 155, cuando los catalanes no nos gobernábamos nosotros, por eso no había un presidente de la Generalitat en el Palau de la Generalitat. Por una serie de actuaciones antidemocráticas, de actuaciones judiciales del Tribunal Constitucional que impidieron que diferentes candidatos a la presidencia de la Generalitat, empezando por el presidente Puigdemont y terminando por el amigo Jordi Turull y también para Jordi Sánchez, no pudieran ser ellos presidentes de la Generalitat.

A mí me eligió el Parlament de Catalunya, finalmente, que es el único al que debo obediencia, porque es donde radica la soberanía de los catalanes. Y este juicio, que es político, quiere sencillamente anular aquella votación. Quiere sencillamente alterar el panorama político catalán. Es eso. Ha sido así desde el comienzo. Lamento decirles que en este país nos régimen democráticamente y donde se eligen los presidentes de la Generalitat es el Parlament de Catalunya.

Los catalanes somos un pueblo pacífico, somos un pueblo profundamente democrático. Se nos dice que romperemos Europa, cuando es imposible, porque nosotros somos parte de Europa. Sentimos que los valores europeos, los valores del humanismo, de la tolerancia, y los valores republicanos de la solidaridad y la fraternidad, forman parte de nuestra manera de ser. Estamos orgullosos de nuestra historia, aunque sea un poco triste, ciertamente, y de nuestra cultura y de nuestra lengua, que por cierto tan poco se utiliza en los tribunales de Catalunya. Somos diversos, generosos y acogedores. Así somos los catalanes. Somos conscientes de que una palabra mueve nuestra historia, solo una: libertad. Y tal vez, como decía Mercè Rodoreda, "el deseo de libertad en el hombre es, más bien, una necesidad de justicia". Hasta este punto, libertad y justicia, pero justicia real, van juntas. Yo les aseguro que nunca nos rendiremos y que seguiremos luchando para que consideramos la libertad y la justicia que merece nuestro pueblo.

Este tribunal me puede condenar. Sí. Me puede condenar, pero no cambiará la legitimidad de los que me eligieron.

Me puede condenar, sí, pero no cambiará en absoluto el compromiso que tengo alcanzado con Cataluña.

Me puede condenar, pero no cambiará la voluntad del pueblo de Catalunya.

Me puede condenar, pero no cambiará el destino de este país.

La democracia gana siempre y los derechos humanos ganan siempre. Y la libertad acabará ganando siempre, también en este país. Ante la historia, recuerde que su condena será su condena.

Ayer justamente hizo un año y medio que prometí el cargo de presidente de la Generalitat de Catalunya. Soy el 131 presidente de esta institución. Prometí el cargo prometiendo que cumpliría el ejercicio de mi cargo con fidelidad a la voluntad del pueblo de Catalunya representado en el Parlament de Catalunya. Insisto: sólo en el Parlament de Catalunya radica la soberanía de los catalanes. Solo el Parlament de Catalunya elige a sus presidentes y censura si es necesario. Este compromiso de fidelidad al pueblo de Catalunya es el compromiso que con toda honestidad he procurado seguir este año y medio pasado y que seguiré durante todos los meses que continúe como presidente de la Generalitat hasta que el Parlament de Catalunya no me retire su confianza .

Y acabo también con las mismas palabras con que terminé mi discurso de investidura y que son mi guía política y que espero que pronto sean una realidad en nuestro país.

Visca Catalunya libre.

Aquí el vídeo en su original catalán:




¿Qué persona no ha soñado poder decirle todo esto a la cara de un juez?
¡Grande, Torra!

Sí señor, ayer el President Torra consiguió que los catalanes sintamos más desafección y asco hacia la justicia española. Que estemos más rabiosos ante todo lo que viene de España.

Fue un chute de moral y de dignidad lo que nos ofreció ayer nuestro President.

Gracias.