Imagínense la siguiente situación: un administrador recoge el dinero de una comunidad de vecinos para hacer frente a los gastos que surjan. Este gestor, que tiene la capacidad de decidir lo que convenga, decide, sin tener en cuenta cuáles son las demandas de la comunidad, no invertir ese dinero en la finca. Ahora bien, obliga a que los vecinos se hagan cargo de las reparaciones pendientes, especialmente de aquellas que tienen que ver con la normativa municipal.
Como las necesidades de la comunidad son mayores que el dinero que reúnen, los números no salen. La situación llega al límite en el que el gestor, que administra el dinero de los vecinos según su propio parecer (y que no coincide con el de los vecinos), los acusa de tener unas finanzas deficitarias. En consecuencia, se inventa un sistema para poder prestar a la comunidad. Toma parte del dinero que la comunidad le había dado para hacerle un préstamo a cambio de intereses que la comunidad tendrá que ¡pagar! Sí, lo han entendido bien: la comunidad termina pagando intereses sobre su propio dinero.
Pero la historia aún se complica más. Resulta que en una reunión de vecinos la comunidad decide que quiere autoadministrarse. Como la decisión de la comunidad no gusta al administrador, éste, amparándose interesadamente en el contrato vigente, decide castigar la comunidad y le dice que no le dejará más dinero a menos que la obedezca.
Esta es la realidad que vive Catalunya. Y eso es lo que significa el FLA, el Fondo de Liquidez Autonómica. Contribuir, tener que pagar intereses por tus propios dinero y no poder decidir su uso. Y ahora, además, la excusa para intervenir la Generalitat, humillante a la ciudadanía catalana que ha decidido democráticamente iniciar un proceso de soberanía. El gobierno del PP es capaz de ahogar el conjunto de la sociedad catalana para sacar réditos políticos de cara a las elecciones generales de diciembre. Este es el respeto que nos tienen.
Debemos tener muy claro quién es quién en esta situación, y no desfallecer en explicar a todo el mundo (farmacéuticos que no cobran, funcionarios sin paga extra, servicios con recortes ...) quién es el causante de esta situación y por qué motivo.
(by catdem)
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domingo, noviembre 29, 2015
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3 comentarios :
Sant Andreu
Además, el administrador gasta el excedente de dinero que cobra a la comunidad y que no gasta en su finca en una comunidad próxima, cuyos vecinos tienen una marcada ideológia colonial-franquista. Es más, resulta que el administrador tiene propiedades en la comunidad vecina que resulta beneficiada de tal injusto reparto. Como la comunidad beneficiada es la que elige al administrador, sus vecinos procuran escoger un administrador alineado con su ideología colonial-franquista que procure por el trasvase de recursos económicos de otras comunidades a la suya.
Suso de Toro, DEMOLEDOR
http://www.ara.cat/opinio/LEspanya-dissenyada-Retransicio_0_1476452374.html
La españa diseñada: la ‘Retransición’
La Transición fue una operación de estado, organizada conjuntamente con EEUU, para evitar que la sociedad decidiera libremente y para hacer que el poder siguiera bajo control. Entonces se hizo con acuerdos en los despachos y con la pistola del ejército sobre la mesa; los partidos, una vez legalizados, firmaron lo que les ofrecieron. Ahora está en curso otra operación similar, pero las pistolas y los tanques de ayer son hoy los medios de comunicación.
Primero se sondeó la posibilidad de un gobierno de coalición de los “dos grandes partidos”. La respuesta a esto fue, después de que se apartara Zapatero, que Felipe González retomara el control y la tutela para forjar el acuerdo. Era una respuesta a la defensiva y tan evidente que no tuvo mucho recorrido; la población no lo traga, aunque siempre será una posibilidad a tener en cuenta. Los dueños del casino hicieron el siguiente paso: había que dejar que se incorporaran al juego político un par de invitados. Brisca, tute o mus, lo que cuenta es conservar la propiedad y el control del juego. Es una operación profunda que pide delicadeza, cambiar los jugadores en una partida que hace décadas que se juega. Para ello hace falta prestidigitación: a la vista del público pero sin que se vea.
Se trata de conservar los consensos que había bajo los pactos de la Transición reformando alguna ley que afecta al sistema electoral y algún artículo de la Constitución. Con respecto a este proceso catalán que lo está cuestionando todo, la posición es clara: ni agua y que se asfixie allí dentro. La relación de parches legales ya está redactada en estos momentos, no habrá un Snowden que nos los filtre, y estos pactos los firmarán en su momento los jugadores a los que se permite barajar las cartas en la mesa.
El principal instrumento para esta nueva Transición retransmitida, la ‘Retransición’, son los medios de comunicación. La implicación de las grandes empresas de comunicación, con el gobierno español y la banca detrás, es total. Se cambiaron directores y lo que hizo falta y allí donde no llegaba el gobierno español o la banca llegó la Casa del Rey. Pero si no me creen a mí -es natural-, hagan caso al famoso informe del NYT. En el proceso de italianización de la política española, el Grupo Planeta, con un canal para cada gusto, está siendo una Mediaset sin un Berlusconi. Estas empresas, transformadas en agentes políticos, primero se encargaron de dar entrada a unos partidos que ni siquiera tenían organización y que van inventando y modulando sus principios, ideología y posiciones según las encuestas y las indicaciones que se les marcan sobre conveniencias y límites, y luego los instituyeron entre la opinión pública. Ciudadanos y Podemos nacieron cada uno por su lado, autónomamente y desde posiciones diferentes, pero, con independencia de su origen o de sus sueños, juegan las cartas que reparten en la mesa y cumplen su función en este juego.
Suso de Toro II
Se trata de una intervención del sistema parlamentario ejecutada brutalmente: los medios estatales desacreditaron unánimemente la opinión catalana y la ahogaron, y apartaron sin contemplaciones los partidos que estorbaban poniendo a otros en su lugar. Un Parlamento español abstraído y desacreditado fue sustituido por los platós de televisión privada, que crean líderes mediáticos y relegan a otros al olvido. Partidos de trayectoria con alcaldes, concejales y diputados, con el apoyo democrático de la ciudadanía, fueron condenados a desaparecer. Liquidaron UPyD, una organización que había sido promovida desde los intereses del Estado como instrumento en la política vasca. Rosa Díez fue una política hiriente y cruel; lo que le hacen, burla y objeto de chistes, también lo es. Por no hablar de IU; aprovechando la corrupción de la organización madrileña, la hicieron añicos en público. IU sucumbe por su propia debilidad política, incapaz de apartar las rémoras y actualizarse, pero la están enterrando aún viva a la fuerza porque estorba. Sus restos deben engordar otros. A los votantes de aquí y allí se les indicó que debían olvidar y de ahora en adelante mirar hacia los “nuevos partidos emergentes”. Incorporaron este término de la geopolítica económica para una operación cortesana y cutre, pero eficaz.
TVE siguió como botín del PP pero las privadas ejecutaron eficazmente su parte: los “nuevos partidos emergentes” y sus satélites locales aparecen continuamente en pantalla. Es igual que aún no tengan parlamentarios; los medios ya han decidido que estarán en el Parlamento. Y las encuestas, tan convenientes, les dan legitimidad, ya que son “la prueba” que ustedes los votarán. El futuro lo tienen escrito; en este plano, el hecho de que vayamos a votar es una mera formalidad. En este plan las instituciones del Estado intervienen directamente. Así, en marzo la Junta Electoral Central cambió su doctrina con una decisión inédita: los medios de comunicación deberían dar espacio a los “nuevos partidos emergentes” aunque no tuvieran representación parlamentaria. Los declaró “grupo político significativo”. La misma Junta intervino la radio y televisión públicas catalanas para corregir la información que dio sobre la Diada. Si ustedes no votan como es debido, este organismo probablemente se verá obligado a actuar.
Los partidos que no convienen, por ejemplo de ámbito autonómico, aunque tengan votos, diputados, no contarán con esta cobertura mediática y la protección de la Junta Electoral: no son “nuevos partidos emergentes”. Y, además y sobre todo, cuestionan el diseño de un sistema político español centralizado. El Estado no dudará en criminalizar a los otros nacionalismos: el nacionalismo gallego acaba de ser convocado por la Audiencia Nacional en medio de la campaña electoral. Incluso el propio PSOE -lo que le quede de lucidez política- comprende que con su pacto de estado han caído en una trampa. El resultado será que, ya derribados los sindicatos, IU desaparezca y se debilite el PSOE, por si una nueva dirección quisiera recuperar independencia política. Se trata de destruirnos como ciudadanía y de secuestrar el sistema parlamentario. Cuando vemos estos programas tan divertidos de política espectáculo en alguna televisión se nos está introduciendo una ficción construida para nosotros. Esto no es la Transición, no nos apuntan con pistolas sino con la pantalla del televisor.
¿Verdad que parece un argumento paranoico de conspiración? La Transición también lo parecía y lo era. Detenerse en cada árbol impide ver el diseño de conjunto del bosque. España tiene dueños, y por qué deberían ser tan estúpidos y vagos como nos gustaría a los demás?
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