¿Repartirá España los ministerios de Madrid entre todas las comunidades tal como hará Estonia?

Cuando Catalunya habla de financiación, España responde que el sistema es el del "café para todos", excepto el País Vasco y Navarra que son paraísos fiscales y Canarias que se queda su "IVA"...

Pero, dentro de ese sistema común, hay una anomalía que es Madrid. Entre catalanes y la mayoría de españoles pagamos el sueldo de 250.000 funcionarios que viven, comen, cagan... en Madrid y no cotizan.
Recuerdo cuando la desequilibrada Cifuentes dijo que los madrileños mantenían a los andaluces... No hija, no, es al revés...

Siguiendo el ejemplo estonio, de esos 250.000 funcionarios, y por porcentaje de población, 45.000 deberían trabajar en Andalucía. Gente con sueldo medio de 2.500 euros al mes gastando su pasta en tierras andaluzas...
Y así con todas las comunidades...

No se preocupen, los medios de Madrid no publicarán esta noticia...:

El gobierno de Estonia ha anunciado un plan que convertirá este país báltico en el más descentralizado del mundo. Las instituciones del estado que ahora hay en la capital, Tallin, serán recolocadas en las dieciocho ciudades principales del país; si puede ser total o, al menos, parcialmente. Con ello, el gobierno estonio quiere evitar que el estado sea percibido como un ente centralizador. De esta manera también se distribuirán por todo el país los recursos y los puestos de trabajo. La decisión final debe ser discutida por el parlamento y ha levantado cierta controversia, pero el diseño de la operación es muy detallado y todo hace pensar que, por más que sea modificada, se mantendrá la parte fundamental.

La especialización de cada ciudad tiene que ver con los recursos o las situaciones locales. Por ejemplo, Narva gestionará la emigración porque es el punto principal de entrada de emigrantes, pues hace frontera con Rusia, la gestión forestal establecerá a Põlva, que es la región más boscosa del país y el tráfico ferroviario se dirigirá desde Pärnu porque será el punto de entrada en el país de la línea Báltico de alta velocidad.

Las críticas por la posible complejidad del sistema han sido contestadas argumentando que el gobierno estonio es uno de los más telemáticos del mundo y por ello prácticamente no requiere gestión personal. El gobierno defiende que el estado es la primera empresa del país y que es lógico que contribuya a la riqueza de todas las regiones y no tan sólo de la capital.
¿Se imagina a Rajoy diciendo eso...?

Eso es una sociedad avanzada, todavía recuerdo cuando los madrileños de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones dijeron que ir a Barcelona (ojo, Barcelona...) era una deportación (y eso que les construyeron un edificio para ellos...).

Pero Estonia puede hacer eso porque es un estado sin una capital llena de gentuza que siembra el odio y porque realmente es un estado tecnológicamente muy avanzado.

Cuando, en 1991, Estonia se convirtió en un país independiente, sus líderes políticos visualizaron el futuro en algo tan abstracto como la codificación y los algoritmos.
En ese momento, la estabilidad que buscaban -con una economía avanzada, un alto nivel de vida y una tecnología puntera en el mundo- se asemejaba más a un sueño que a un proyecto real.

Con su independencia  y con la adopción de una serie de políticas tecnológicas revolucionarias cambiaría el panorama hasta tal punto que hoy día es conocido como el "Silicon Valley europeo".

De hecho, el país tiene más empresas emergentes por persona que el Silicon Valley californiano y su revolución digital ha sido tal que ya cuenta con unos 600 servicios online.
El uso de tecnologías de la información en el sector público ha convertido a Estonia en un país con uno de los gobiernos más transparentes del mundo

Estonia es uno de los pioneros tecnológicos de Europa y una de las sociedades digitales más avanzadas del mundo. Tanto es así que se ha convertido en un modelo de gobierno único que se hace llamar "e-Estonia" ("Estonia electrónica").

El país báltico fue el primero en permitir votaciones por internet en unas elecciones generales, y también en ofrecer todas las clases escolares por internet y gestionar los historiales médicos de sus ciudadanos a través de la red.

Los estonios pagan el estacionamiento por internet, tienen wifi pública en todo el territorio nacional y cuentan con el ancho de banda más veloz del planeta.
Su internet, a diferencia de su pasado histórico, es libre y abierta. Su acceso es amplio y sin restricciones ni limitaciones al contenido.

El cambio fomentado por el gobierno transformó la manera en que los ciudadanos interactúan entre sí y creó un entorno de apoyo a los emprendedores en un país que tiene poco más que un millón de habitantes y que fue el lugar en el que nació Skype, entre otras muchas empresas tecnológicas exitosas.
En su sitio web oficial, la nación báltica define a sí misma como "una sociedad digital" gracias a sus "sofisticadas soluciones electrónicas".
Esa gestión electrónica se aplica a todos los sectores, desde la seguridad vial, hasta la educación, la sanidad y los servicios financieros, privados y gubernamentales.
Registrar un negocio en Estonia -por supuesto, se hace a través de internet- cuesta sólo 18 minutos y hacer la declaración de impuesto apenas cinco. 

Es evidente que la Catalunya libre deberá inspirarse también en Estonia.