Los españoles, no contentos con robarnos la mitad de nuestros impuestos, de encarcelarnos, de tumbar nuestras leyes y de atacar la lengua catalana, ahora van a por nuestro patrimonio histórico.

Hay juristas que creen que lo que hizo el Supremo con la sentencia de Sixena es una jurisprudencia peligrosa... Pues ya les digo yo que no.

Porque, en el caso del arte expoliado por el 155, una de la partes es Catalunya y, como todos sabemos, hay un acoso y derribo contra todo lo catalán en una guerra psicológica que no les va tan mal a los de Madrid. Y sino vean en qué se ha convertido ERC...

La cuestión es que alguien dirá que con el tema del arte sacro ahora todos los museos de españoles están en peligro. Pues tampoco porque en las disputas en las que no esté Catalunya, les entrará la cordura. Y les da igual que en sentencias parecidas alguien discuta el porqué el museo de Lleida se pudo saquear y El Prado no. Lo justificaran con a saber qué cosa... Ellos han aprendido, y se sienten fuertes con eso, que si son capaces de escribir una sentencia argumentándolo, ya es suficiente. Es posible que llegue el día en que algún juez se atreva a decir que la justicia no es igual para separatistas, que los que quieren destruir el "orden constitucional" no se merece los derechos de la Constitución.

Incluso se podrá justificar aludiendo al clima de hostilidad del Govern de la Generalitat. Será como dar patente de Corso a todo el que quiera perjudicar a Catalunya. Fíjense que cualquier decisión del Parlament va a tribunales.

La realidad es que los catalanes no gozamos de juicios justos, es como si viviéramos en un Estado fallido.

Cada vez que el Govern aprueba una ley, el Constitucional la tumba y les importa un pepino que en otra comunidad autónoma esté vigente. Incluso les da igual encarcelar a presos políticos en juicios parciales en tribunales que no son competentes y vulnerando el derecho a la presunción inocencia. Normal, el chollo de Luxemburgo es fantástico, se tarda como mínimo 6 años en anular un juicio. Y esos jueces españoles les importa un rábano lo que ocurra más allá de los Pirineos, les da igual su prestigio; ellos escriben en castellano antiguo y no saben idiomas...

Y si hace falta se inventan una ley del 25% de clases en castellano. Y ustedes se preguntarán ¿de dónde saca el juez ese 25%? Pues de sus gónadas, dijo 25% como hubiera podido decir 31,5%... Y ya está, y a cumplirlo.

Sin olvidar que una simple Junta Electoral puede destituir a un presidente de la Generalitat. ¿Se podía hacer eso?  La respuesta es No, pero lo han hecho porque la retahíla de tribunales lo han permitido. Seguro que nunca inhabilitarán a un presidente de otra comunidad por no descolgar una pancarta. Y les da igual que los catalanes veamos esa injusticia, es más, disfrutan de nuestra impotencia; es como el aficionado del Real Madrid que goza de ganarle al Barça por penalty que no es.

Hasta ahora no hay ni un solo caso de denuncia contra Catalunya que haya sido desestimada. Jamás el Constitucional se ha puesto de lado de la parte catalana, ni el TSJC, ni el Supremo. Incluso el Tribunal de Cuentas decidió que Artur Mas pagara de su bolsillo los ordenadores que utilizan hoy escolares. ¿Ha hecho lo mismo con la corrupción del PP? No. ¿Y?

Y por último no nos olvidemos de los CDR. Manera de cargárselos fue el practicarles la ley antiterrorista.

Repito, los catalanes no tendremos jamás juicios justos, ni de presunción inocencia, ni nada que se le parezca. Y como en Madrid ven que cada vez nos hundimos más en la miseria del síndrome de Estocolmo, han decidido que para rematar la faena hay que expoliar nuestro patrimonio histórico.

Por eso vuelvo al inicio del post. La sentencia del arte de Sixena es pornografía dura y pura, es heroína por la vena. El derecho de algo tan básico como el comprar obras de arte ha desaparecido. Pero no solo se expropia una venta legal, además, sin restauración económica. Las piezas tenían y tienen un precio; no se robaron. 

Un ataque al patrimonio de Catalunya tan bestia como todo lo que robaron los españoles en América y que jamás han querido devolver (a diferencia de los Países Bajos).

Catalunya, debido al expolio continuado de los museos nacionales (mayoritariamente con sede en Madrid), no goza de gran patrimonio artístico-histórico salvo el románico. Y claro, ahí es donde irá el nuevo ataque.

El profeso de historia Albert Velasco recordaba en una entrevista que el robo perpetrado por los jueces maños (sí, el conflicto se decidió en tribunales de Aragón...) y corroborado por el Supremo, tiene un valor incalculable e irreparable; las cajas sepulcrales que había en el Museo de Lleida es como si les robaras la Gioconda al Loevre. Ya no es por el valor –que también– sino por lo que representa por su singularidad.

Lo dicho, una pérdida irreparable. Y precisamente un país, España, que no devuelve lo robado a los americanos ni permite que se recupere obras del expolio nazi. 

En fin, que no se preocupen los museos españoles porque el asunto de Sixena ha sido ad hoc para Catalunya. Jamás se volverá a anular una compra ni se resarcirán los presuntos derechos de nadie. El expolio del patrimonio artístico catalán es el nuevo ataque perpetrado desde Madrid. Quizá ellos piensen que deben robarnos todo lo que puedan antes de que nos independicemos. Yo de ellos no sufriría tanto por eso...