martes, junio 18, 2013

David Cameron a favor de la Independencia.

Traducción del artículo de Eugeni Casanova en VILAWEB:


Las palabras de David Cameron apoyando al derecho de independencia de los pueblos son trascendentales y marcan un punto de inflexión en la larga marcha hacia el pasaporte propio. El mensaje es evidente: la Europa civilizada dice claro y catalán que los conflictos territoriales se resuelven de manera civilizada y quiere forzar a España a negociar.

Pero va más allá: si Cameron quiere que se vote la independencia no es para negarla cuando sea declarada. Si el Reino Unido reconoce Catalunya, los Estados Unidos y la mayoría de países europeos irán detrás - o al lado -. Y no digamos los iberoamericanos. Qué hagan España, Rusia o Rumanía es bastante irrelevante.

El gesto de Cameron no es aislado. Las maquinaciones de Federico Trillo (único embajador político de todos los nombrados por el gobierno de PP, según presume él mismo) han tenido seguramente el efecto contrario del deseado. Agobiado hasta la extenuación, con presiones que bordean la insidia, el gobierno británico se negó a hacer el 'frente común' contra Escocia y Catalunya que le proponía Madrid. 'Así es como nosotros hacemos las cosas', dijo el miércoles Cameron. No como España, por lo tanto.

El error de Madrid es pensar que los argumentos que usa en casa son asumibles fuera del ámbito de distribución de La Razón, el ABC o El Mundo. La diplomacia es, también, una disciplina de tradiciones, y 'el caso de los catalanes' está presente en la historiografía británica, aunque se remonte al 1714. No es casualidad que el aliado más antiguo de Inglaterra sea Portugal.

Donde la democracia está arraigada creen en ella.
Pero el gesto de Cameron hace evidente una percepción que ya es general. España tiene tres embajadas en Bruselas, ante Bélgica, la OTAN y la Unión Europea, que suman en la capital flamenca un grupo de tres centenares de diplomáticos, funcionarios y burócratas. Desde el 11 de septiembre pasado todos tienen como misión primordial de desacreditar Catalunya y torpedear las iniciativas de los eurodiputados y del gobierno catalanes.
Hay que añadir los eurodiputados del PP, que se aplican tanto como pueden. La mayoría de personal europeo, desde comisarios a conserjes, empieza a estar harto de sus visitas constantes, hasta el punto que la frase 'ya vienen los españoles' se ha hecho popular.

La ofensiva más fuerte fue los días antes del 22 de abril, cuando Mas inaugura, en el Parlamento Europeo, la exposición 'El catalán, lengua de Europa'. Todos los diputados proclives y altos representantes, uno por uno, recibieron visita española y, además, los parlamentarios del PP intentaron hacer aplazar la exposición 'sine die' con la excusa de que faltaban tres meses para unas elecciones. Era la primera vez que se pedía suspender un acto así por unos comicios, aunque se han hecho muchos con menos tiempo de margen.

Asistieron dieciocho eurodiputados en el acto catalán, y eso que suele ser complicado que haya siete u ocho. El caso catalán despierta un gran interés en la Unión y muchos quisieron tener información de primera mano. Antes de la inauguración, Mas se reunió con tres comisarios europeos, un hecho insólito porque en la UE hay unos trescientos presidentes de región. La comisaria de Interior, Cecilia Malström, liberal sueca, que habla catalán, explicó en Twitter que había 'tenido una interesante conversación con el presidente Mas sobre la situación de Catalunya'. También la de Cultura, Androulla Vassiliou, piar que se había reunido.

Mas tuvo trato de jefe de estado en la presentación, sin bandera española. Ciento cincuenta personas le aplaudieron tras haber glosado la lengua catalana. Entre los asistentes había cargos de primer nivel: la vicepresidenta del parlamento, Isabelle Durante, el presidente del grupo liberal-demócrata, Guy Verhofstad, o el presidente del partido liberal-demócrata, el eurodiputado británico Graham Watson (favorable a una consulta en Cataluña). No hace falta decir que la prensa española habló de 'fracaso de Mas en Europa'.

Al final, el diputado del PP Luis de Grandes, número dos de la candidatura y miembro del patronato de la FAES, se acercó al presidente catalán y le comentó burlón que le invitaba 'al gran acto de la marca España' que se tenía que hacer allí mismo.

Este 'gran acto' de la MARCA ESPAÑA tuvo lugar el 4 de junio y no asistió ni un solo no español. Las sevillanas y el jabugo, para ellos solos. El vacío de las personalidades europeas, total, sin fisuras, evidenció cuál es la reputación de España ahora mismo dentro de la Unión. Muchos países ven la vocación europea de España como un simple oportunismo ligado, a principios, a un deseo de modernización y, sobre todo, en el fondo de compensación. España dejará de recibir dinero estructurales en 2015 y muchos piensan que entonces dejará de convenirle Europa.

Los europarlamentarios catalanes remiten al artículo 'Después de tocar fondo: una nueva política europea para España', de un 'españolista inteligente especialista en la UE, Ignacio Molina, investigador del Real Instituto Elcano y profesor del departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid. Molina lamenta el famoso 'ensimismamiento' español. Según él, la pérdida de prestigio e influencia de España es fruto de la arrogancia y de un aislamiento voluntario, y menciona anécdotas como la ira del canciller alemán Gerhard Schröder ante Aznar para que éste le daba lecciones de crecimiento económico, cuando todo el superávit de la derrochadora España se debía a la caridad de la UE y el drenaje fiscal en Catalunya.

Molina constata que España lo han hecho fuera de los órganos directivos de todos los estamentos de la UE y, a pesar de su peso demográfico, ahora se encuentra al nivel de Rumanía o Lituania. 'Esto no es extraño porque falsea sistemáticamente los datos que envía a la Unión, un pecado mortal para un luterano', explica un eurodiputado.

A base de mucha dedicación, han logrado convertirse en los parias de la UE. Ramon Tremosa dice que 'en Estrasburgo y en Bruselas la gente se va de la sala cuando un español habla. No tienen nada que aportar, se han abonado a la política de los despropósitos y la mentira como herramienta de actuación. La economía catalana está en el "core business" europeo, la española no. ' Tremosa cita a menudo la frase que le dijo un eurodiputado alemán refiriéndose a España: El fracaso no se improvisa, a menudo se gana a pulso. '

Este estado de ánimo se manifiesta con una serie de collejas en pocos días: voto favorable a los corredores mediterráneo y atlántico y contrario al central, petición de la dación en pago para los casos de desahucio, ausencia del presidente Martin Schultz en el acto de la marca España habiendo dicho que iría, adhesiones de Kososvo y Gibraltar en la UEFA ... Y la gran cachete, un dardo directo: los dos premios Ciudadano Europeo para los 'nazis' de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y para la separatista Academia de la Lengua Vasca.

El primer ministro británico hace evidente ahora que hacia el norte empiezan a perder la paciencia. 'Las palabras de Cameron no valen para España' ha respondido este lince de las relaciones internacionales que se García-Margallo. Debe ser el famoso 'ensimismamiento'.

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