El catalán es perseguido, no sólo su lengua, también la persona.
La lengua catalana es vilipendiada por el ejecutivo español y por el secuaz constitucional.
Las autonomías que comparten singular y bello idioma romance han emprendido una campaña de aniquilación del catalán, un genocidio cultural.
Todo el mundo se ha sacado las caretas, sin ningún tipo de rubor se le cambia el nombre por LAPAO o simplemente se degrada o prohíbe.
Idioma por el que, los cuerpos de seguridad del estado, pueden multarte o encarcelarte si persistes en utilizarlo o empeñándote en que se cumplan tus derechos...
Por otro lado, el ciudadano catalán recibe amenazas por todas partes, el gobierno español los intimida con pobreza eterna si abandonan la hundida España. En algunas parte de la piel de toro hablar catalán en un bar o en un metro puede significar ser insultado por la multitud, incluso zarandeado, cuando no, linchado.
Los productos catalanes son boicoteados por gran parte del pueblo español...
Los ataques fascistas y violentos contra ciudadanos catalanes y mancillar su senyera se paga con multas de 300 euros.
REALMENTE ESTAMOS EN PELIGRO...
Uno, cuando ve a los maestros de les Illes sólo puede sentir emoción, jugándose el tipo, el sueldo y el puesto de trabajo, luchan por la verdad, por la historia de su tierra.
Pero es una guerra perdida, la maquinaria del estado está bien engrasada para exterminar todo lo que suene a catalán. Curioso que un país quebrado e incapacitado para cualquier cambio tenga tanto talento para el absolutismo. A España la democracia le cansa...
El País Valencià está perdido, en su mayoría, prefieren ser dirigidos por corruptos hacia la miseria antes que ser gobernados con cierto matiz catalán.
El futuro de les Illes también es negro, un archipiélago que podría vivir prósperamente es expoliado sin piedad y con una falta de inversión superior al que padece Catalunya.
Todo este prólogo viene para recordar que no debemos dejar solos a la buena gente que todavía queda en los otros territorios de els Països Catalans.
Con la independencia de Catalunya habrán personas que se largarán; funcionarios, jueces, policías, registradores... marcharán rabiosos y será necesario reemplazarlos, incluso harán falta profesores para un sistema educativo que, sin el expolio, contará con un 50% más de fondos.
Lo mismo con la sanidad.
Será como un cambio de cromos, Españoles por Catalanes...
Catalunya deberá buscar en Valencia, Mallorca y en España a toda esas personas perseguidas y humilladas por abrazar la cultura catalana. Catalunya, tierra de acogida, está abierta a todos los ciudadanos que vean violados sus derechos por un panespañolismo rancio y fatuo.
Sí, hay que reconocerlo, la Catalunya independiente provocará un odio feroz a todo lo catalán, la primera reacción del estado será eliminar todas las competencias (si no autonomías...) para educar en la españolización...
Catalunya deberá ayudar a toda esa gente que se sienta atropellada por el hecho de hablar catalán, a todos esos oriundos que no puedan expresarse en el idioma de sus tatarabuelos.
Desde aquí un mensaje de esperanza y un abrazo a todo ese pueblo que, por sentirse próximo a la cultura catalana, ve peligrar su integridad física, su puesto de trabajo y el futuro de sus hijos.
CATALUNYA OS ESPERA CON LOS BRAZOS ABIERTOS.
2 comentarios :
El otro día un coordinador nacional de La Caixa de Barcelona me comentaba como otro empleado de una sucursal situada en Extremadura le pidió en uno de sus viajes por aquella tierra que le trasladase a Catalunya, ahora que Catalunya puede ser independiente veo claro donde está mi futuro, me comento que le había dicho. Su petición no está motivada por ningún vinculo familiar con catalán alguno. e.p.
si quiero que mi comunidad autonoma sea capaz de gestionar sus recursos economicos y decidir por si misma; independizandose de españa) ¿por que deberia someterme a las voluntades de los politicos de otro territorio? ¿quereis paises catalanes? muy bien: capital en valencia junto con todos los ministerios y demas administraciones. ah no¡¡ que eso ya no interesa, solo nos importa la pasta y vuestros territorios.
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