martes, julio 07, 2015

El gobierno español ha invertido un 53% más en la provincia de Madrid que en la de Barcelona.

La escasa inversión pública del Estado en Catalunya es un tema recurrente, que dio lugar a la impagada disposición adicional tercera del Estatut. Y habitualmente se habla de las inversiones anuales, pero no del stock acumulado. La Cámara de Comercio de Barcelona ha hecho el ejercicio por primera vez de calcular la diferencia acumulada en dos décadas. El resultado es claro: la Comunidad de Madrid ha recibido 14.000 millones más en el conjunto de infraestructuras públicas que la provincia de Barcelona, ​​un ámbito geográfico comparable.

El estudio, que ha hecho el economista Carmen Poveda, analiza diferentes parámetros de las economías de Madrid y de Barcelona y la relación con la economía del Estado. El análisis abarca el período que va de 1991 a 2011. Según el estudio de la Cámara, cuando se miran las infraestructuras públicas, es decir, la suma de todo lo que han invertido todas las administraciones en cada lugar, se llega a la conclusión de que la dotación de Barcelona es escasa

Para hacerse la idea, hay que pensar que el peso de las infraestructuras públicas de la demarcación de Barcelona respecto al total del Estado superaba el 8% en 2011, gracias sobre todo a las inversiones realizadas en el aeropuerto de Prat y en la red de alta velocidad, mientras que el peso de Madrid rozaba el 13%. La diferencia se ha mantenido en los últimos 20 años, excepto en un pequeño periodo en la mitad de la primera década del siglo XXI.

Sin embargo, la demarcación de Barcelona ha multiplicado por 4,6 el stock de infraestructuras públicas en este tiempo, mientras que en la Comunidad de Madrid se multiplicó por 4,1. En 1991 la demarcación de Barcelona tenía un stock de infraestructuras públicas de 5.624 millones de euros, mientras que Madrid lo tenía de 9.637 millones. Dos décadas después, en 2011, en Barcelona el stock ascendía a 26.167 millones, mientras que en Madrid superaba los 40.000 millones de euros.


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Pero las infraestructuras públicas no son las únicas que ayudan al desarrollo económico. Hay otros aspectos, como las privadas, que en Barcelona siempre habían tenido más peso que en Madrid. Entre otras cosas porque se cuentan las autopistas de peaje o las concesiones portuarias. Pero, con el cambio de milenio, la relación se invirtió. Así, en 1991 la demarcación de Barcelona tenía casi el 14% de todas las infraestructuras privadas del Estado, mientras que la Comunidad de Madrid superaba en muy poco el 12%. 20 años después, en 2011, Barcelona se situaba sobre el 14,5% de todas las infraestructuras privadas del Estado, mientras que Madrid ya se aproximaba al 17%.

La autora del estudio, Carmen Poveda, destaca que los datos muestran la infradotación de infraestructuras que tiene Barcelona en relación a su aportación al PIB estatal. En efecto, en 2011 Barcelona aportó el 74% de la riqueza de Madrid, un porcentaje muy superior al 53% de las infraestructuras públicas de la capital española que recibió.

El estudio no se limita al análisis del stock de capital en infraestructuras, sino que es mucho más amplio. Una de las tendencias que se han visto es que las infraestructuras ganan peso respecto a la inversión residencial, que pierde peso. Esto, según Poveda, es importante porque hace ganar competitividad a la economía. Otro aspecto positivo es que en Barcelona toma fuerza la inversión en bienes de equipo, con una dotación por encima de la media estatal y también por encima de Madrid, lo que demuestra el buen nivel de la industria productiva catalana.

Pero, sin embargo, cuando se hace el estudio global de la inversión acumulada por habitante, en Madrid el ratio es de 86.000 euros por persona y en Barcelona de 80.000 euros. Las dos demarcaciones se sitúan por encima de la media estatal, pero mientras que en Madrid en los últimos 20 años la dotación de capital por habitante se ha multiplicado por 4, en Barcelona sólo lo ha hecho por 3,5. Y en el total del Estado, sin contar Barcelona ni Madrid, lo ha hecho por 3,7.

El estudio también demuestra un desequilibrio importante en lo que se refiere a las inversiones en tecnologías de la información (TIC), que, además, se ensancha con los años. Madrid tenía en 1991 un poco más del 21% de toda la inversión acumulada en TIC del Estado y Barcelona estaba ligeramente por debajo del 16%. La diferencia era de cinco puntos. En 2011, 20 años después, Madrid rozaba el 26%, mientras que Barcelona perdía peso hasta el 15%, y la diferencia se ensanchaba a más de 10 puntos.



1 comentario :

Minoria Sorollosa dijo...

Yo creo que a los inmigranbtes inadaptados incluso les giusta, les recuerda a su pueblo. Y además, ni siquiera tienen que sufrir por el paso a nivel.