lunes, diciembre 26, 2016

En Catalunya las carreteras se desdoblan y en España se hacen nuevas al lado de las viejas.

A veces ocurre que esa parte desdoblada se separa de la antigua porque la nueva ejecución se hace  aprovechando mejor la orografía.

El sistema catalán, utilizado por la Generalitat y por el estado español cuando construye en Catalunya, consiste en aprovechar la antigua carretera salvo que su deterioro o trazado lo haga inviable.



De esta manera se utiliza la carretera existente de doble circulación para convertirla en una banda de dos carriles. Y solo hay que trazar al lado su otra mitad.
A veces la nueva construcción puede implicar una separación de la otra vía, digamos que se pierde de vista los que van en circulación contraria. Eso se hace porque normalmente la nueva carretera utiliza mejor el terreno y no repite los fallos de la anterior.

Es evidente que el aprovechar la carretera existente hace que la obra sea más barata ya que solo hay que asfaltarla. Y en el trozo nuevo no hay que expropiar tanto terreno.

Todo muy lógico, aunque España tiene otra manera de hacer las cosas.
Esta:

Ya lo ven toda una autovía al lado de una carretera nacional... 
6 carriles vacíos donde antes había 2...

Mira que era fácil solo expropiar la mitad del trazado al lado de la nacional N-521.
Como se puede observar todo era una maldita recta aprovechable...

No es la primera vez que utilizo la foto porque siempre me hace gracia volver a ver ese puente que le construyeron al señorito de turno para poder ir a su finca. Incluso una barrera acústica al lado le pusieron...

1 comentario :

Anónimo dijo...

Sant Andreu

No te falta razón, Jordi. Pero, también hay que valorar otra práctica habitual del estado español cuando desdobla una carretera ya existe en Catalunya. Consiste en paralizar las obras una vez está todo empantanado.
Me explico mejor y las dos primeras fotos sirven de ejemplo. Tan pronto se han hecho unos cuantos desmontes y terraplenes de lo que serán los dos nuevos carriles y el trazado provisional discurre entre lo viejo y lo nuevo,con su señalización amarilla correspondiente, sus cambios repentinos de trazado, los conos y New Jersey que estrechan carriles, las limitaciones de velocidad, algún que otro tramo de paso alternativo y restos de las zahorras, gravas empleadas para la base, ensuciando el asfalto, la obra queda paralizada durante años. Lo que hace que la capacidad de circulación de la vía sea inferior a la de la de antes del inicio de las obras y su siniestralidad mayor.
La N-II, a su paso por Caldes de Malavella es ejemplo.
Más allá de las miserias del estado en no invertir en Catalunya o hacer lo mínimo, está su voluntad de hacer el mayor daño posible al territorio y sus ciudadanos.