España en proceso de descomposición.

Una vez más, España ha cumplido con sus expectativas y se ha convertido en uno de los países del mundo que peor ha gestionado el coronavirus. Plaza de pódium en casos detectados y en fallecidos. Y campeones también en manipulación informativa: los muertos reales superan en mucho a lo que nos dicen.

Todo esto era de esperar: España no es pionera en nada salvo en meter militares en las ruedas de prensa.

España no defrauda, ya lo sabíamos, lo que sí nos ha pillado por sorpresa es lo frágil del sistema, lo fácil que es volver a ser un estado autoritario. Y sobre todo el darnos cuenta de todas las falsedades mil veces repetidas como que España tenía la mejor Sanidad del mundo o que estaba más descentralizada que cualquier estado federal...
Y, de un día para otro, la clase media ha visto perder su zona de confort y el espacio vital necesario se ha triplicado...

La clase media es la que mantenía el Sistema en todos sus ámbitos, ya sea el económico como el social y moral. Si perdemos la clase media el paleto llegará al poder. Esta crisis nos ha demostrado que esos paletos gobiernan en el ejecutivo central, en muchas comunidades y en ayuntamientos.
Hasta ahora nos hacían gracias su ocurrencias, pero todo ha cambiado con el coronavirus: sus ocurrencias matan...

Y en este mundo pre-Mad Max, como siempre, España riza el rizo.
Jamás habíamos tenido una pandilla de chiflados tan grande mandando o en la oposición: Arrimadas, Cayetana, Casado, Abascal, Pedro Sánchez, Colau, Iceta, Díaz Ayuso... hablan como auténticos tarados y no se avergüenzan de ser indigentes intelectuales.

tuercebotas...

Lo terrible de todo este panorama es que los medios de comunicación los tratan como salvadores de la patria. Blanquean las negligencias de estos lunáticos "por el bien común". Forman parte de esa policía patriótica, pero que en el fondo se resume en: CLOACAS.

Cuidado, tenemos unos medios que desean perpetuar su poder a costa de convertir España en una suerte de dictadura. Desde El País al ABC están de acuerdo que para combatir el COVID-19 -igual que para castigar a los separatistas- hay que volver al autoritarismo. En el fondo ellos creen que siendo "gente de orden", "normal" no se vive tan mal en un estado totalitario...


Y todo este ambiente degenerado llega en un momento de total incertidumbre económica y social. Esta crisis es peor que la anterior porque España apenas tenía deuda, había menos pensionistas (aunque este virus se cargará a 50.000) y entre el 2007 y 2013 pudieron endeudarse a razón de 100.000 millones al año solo para apuntalar el sistema, para que no hiciera fallida.
Lo malo es que ahora Europa ya no abrirá el grifo de cualquier manera...

¿Cuántas veces habrá que repetir que con el -Dios sabe qué porcentaje- de paro, el sueldo medio, la población envejecida, 250.000 funcionarios en los ministerios de Madrid, la casa real, las embajadas, el ejército y lo poco que pagan en impuestos las multinacionales, es imposible mantener las pensiones, la Sanidad y la educación pública?


Pero España es un polvorín. Además de todos los problemas antes citados, existe el del vaciamiento de sus pueblos y cómo mantener unas infraestructuras de las más caras del planeta. Ahora no habrá dinero ni para cambiar fusibles...

No hay futuro, habrá violencia, desgobierno, miseria y mucho populismo.
Y nos blanquearán el golpe de Estado.