sábado, octubre 08, 2016

Posibles repartos de la deuda española en la independencia de Catalunya.

Es curioso porque a priori hay tantas posibilidades de porcentaje de deuda como hipótesis.

Según la proporción sobre el PIB español, Catalunya nacería con una deuda del 104,3% sobre su PIB
Si fuera por población: 93,5%
En tanto por ciento de los activos materiales entre el 75,7% y el 49,6% (dependiendo del margen).
Contando los inmuebles estatales en Catalunya sería 39,8%
Asumiendo solo la deuda propia quedaría en 36,1%
Si no se quisiera pagar ni el FLA: 16%

Se me olvidaba poner que el peor de los casos es seguir formando parte de España ya que pagaríamos igualmente la española, el FLA y la propia, que es lo mismo que el 106,4% sobre el PIB.

Ya ven mucha diferencia entre unos supuestos y otros...

Por eso he traducido este artículo publicado en L'Econòmic.



Como cuenta el libro de la historia, una vez las voluntades políticas admiten la independencia de un país, queda un capítulo bastante complejo, la negociación de la deuda, en el que el canje de activos y pasivos debe ser una solución en la que nadie se haga daño, ni el estado predecesor ni el que estrena estatus. En una hipotética negociación, España y Catalunya, bajo la atenta observación, y presión, de los organismos internacionales, deberán esforzarse para que en la nueva realidad de estados separados el lastre de la deuda no sea muy pesado y hacer bueno el viejo proverbio húngaro que dice que es rico aquel que no debe nada.

En esta historieta de política-ficción, la casuística de criterios y escenarios es bastante amplia, y los que se sienten a la mesa para negociar y hacer transacciones tienen bastantes posibilidades de estrategia. Partiendo de la situación actual de la Catalunya autonómica, que soporta una deuda del 106,4% del PIB, hay un variado sinfín de escenarios: si no hay acuerdo, la horquilla va del 16% , en el que Catalunya no asume el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), a un 36%, en el que se impone el criterio del peso de la economía catalana en el PIB español. En cambio, con la negociación de activos y pasivos, se puede ir del 49,6 al 75,7% del PIB. Encontraremos bienes de dominio público, como el espacio aéreo, el radioeléctrico, las vías de comunicación, la zona marítimo-terrestre; bienes patrimoniales como las infraestructuras aeroportuarias, ferroviarias, portuarias; bienes inmuebles del Estado concentrados en Madrid y otras comunidades; Patrimonio del Estado y Tesoro Público; Fondo de Reserva de la Seguridad Social; archivos y fondos documentales; bases de datos, etcétera, y sin dejar fuera del ámbito de la negociación, como reclaman los expertos, el déficit fiscal en sí mismo, 230.779 millones de euros según el criterio de flujo monetario en los últimos 25 años.



Albert Pont, presidente del Círculo Catalán de Negocios (CCN), ha hecho una importante investigación en los últimos años sobre cómo debe ser el reparto de la deuda, y ya de entrada avisa de que en la hipotética negociación los representantes del estado naciente "deben defender que Catalunya debe asumir la menor deuda posible, con muy pocas contraprestaciones": "No se deberían abrir las conversaciones con una actitud buenista", alerta. Ahora mismo, la Generalitat asume el 19,5% de toda la deuda pública neta del Estado y, además, la mitad de su deuda, que supera los 70.000 millones, está contraída con el Estado. Para Pont, hay interrogarse si hay que pagar esta deuda teniendo presente que "el Estado debe a Catalunya 10.000 millones de euros en concepto de incumplimientos de la disposición adicional III del Estatuto y otros compromisos". De hecho, el Estado español, aunque negó que se pueda hacer realidad un escenario de reconocimiento de una Catalunya independiente, ya tiene una propuesta de negociación, el llamado Plan Margallo, elaborado por el Ministerio de Asuntos Exteriores español, en el que se le pediría al nuevo estado catalán asumir una mochila del 16% de la deuda española, unos 150.000 millones, "una cifra que ya sería menor a la deuda que actualmente asumimos". En todo caso, como añade, "este 16% sólo es aceptable si se asume su equivalente en activos". En esta óptica, Catalunya, "para asumir parte de la deuda española, tiene que ver reconocida su independencia, porque, si no es así, no se puede hacer responsable". Así pues, tendríamos un silogismo en el que "la transmisión de deuda implica necesariamente la independencia". Pont tiene fe plena que la negociación esté iluminada por el derecho internacional, la Convención de Viena de 1983 sobre sucesión de estados, que prescribe que todos los activos del Estado deben quedarse en Catalunya.


En la partida en la que se conjugarán complejas estrategias de ajedrecistas, miradas impenetrables de tahúres del póker y oportunas guiños del mus, habrá que marcar bien el terreno, como dice Pont: "Mientras España no transfiera activos, Catalunya no debe asumir la deuda, y será importante poner a la misma altura la posición deudora de España que su posición acreedora que Catalunya asuma la proporción acreedora que le corresponde frente a terceros. "Por poner sólo unos ejemplos, a España el Reino Unido le debe 243.000 millones de euros; Estados Unidos, 108.000 millones; Portugal, 48.000 millones, y Alemania, 88.000 millones.

Hablar de mesa de negociación es ahora mismo un relato de política-ficción, pero lo cierto es que si el Plan Margallo pone un porcentaje, la otra, la Generalitat, también tiene su propuesta para poner en marcha la partida de la deuda. Teniendo el cuenta los acuerdos de Dayton, que definieron el marco de las repúblicas que sucedieron Yugoslavia, "Catalunya trabajaría con la perspectiva de asumir una deuda proporcional al gasto efectiva del Estado en el territorio, la inversión real liquidada, que sería de un 10,6% más una corrección por la vía de las balanzas fiscales, con lo que podríamos llegar a un 13-14% ", reconocen fuentes de la Generalitat. Estaríamos hablando de una deuda de 183.000 millones, casi un 90% sobre el PIB.



En todo caso, como remarcan los economistas David Rubio y Pedro Miret en el estudio "Endeudamiento e independencia", recientemente publicado en Revista de Catalunya, es una carga más llevadera que la deuda actual que soporta Catalunya, del 106,4%, si sumamos la deuda propio más el 19,5% de la deuda neta del Estado, que corresponde al esfuerzo fiscal de Catalunya. En sintonía con Albert Pont, Ros y Miret nos invitan a poner el foco en los invitados a la mesa negociadora, que pueden arbitrar porque en esta separación de estados, en el reparto de activos y pasivos, acreedores privados y públicos de todo queden más o menos satisfechos. Explica Ros que "la UE, el BCE, el FMI, el Club de París, los acreedores públicos, y el Club de Londres, acreedores privados, los gendarmes internacionales, nos obligarán a negociar para evitar la inestabilidad económica". Miret añade: "La preocupación de estos acreedores viene más para garantizar como pagaría el Estado español lo que debe una vez Catalunya no forme parte, no por la capacidad que el nuevo estado pueda asumir su parte. Y quizás resulta más fácil cobrar con una Catalunya independiente. "

En su estudio, en el cierre del 2015 la Generalitat tendría una deuda de 72.274 millones, mientras que la deuda del Estado sería de 790.307 millones, una vez se han segregado los activos por el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), de un valor de 150.208 millones. Como explican, "si bien en el ámbito internacional, a la hora de contar el riesgo de la deuda soberana, se calcula la deuda bruta del que debe responder el Estado, considerado globalmente, en el caso de una separación de estados, cada región autónoma debe responder de su propio débito ". En su exploración académica, Ros y Miret sostienen que, terminada la negociación de activos y pasivos, el nuevo estado contraería una deuda sobre el PIB de entre el 50 y el 75%, claramente por debajo de la media europea, que es del 87,2%, y perfectamente soportable en los próximos años, con el supuesto perfectamente verosímil que el PIB catalán crecería a buen ritmo, liberado del déficit fiscal con el Estado español. Con la condición, claro está, que hay el escenario en que nada se negocia, que colocaría el débito de Catalunya en el 36% del PIB, porcentaje que podría descender hasta el 16%, en tanto no se asume la devolución del FLA en España. 

Sin embargo, lo más probable sería la negociación, dado que en la nueva España "necesitaría un período de adaptación, dado que los ingresos se le rebajarían considerablemente", observa Ros, para quien está claro que habrá que "pagar un precio por la libertad, que se podría concretar en un plan desconexión en cuatro años, en que se mantuviera el primer año con un déficit fiscal de 16.000 millones, para pasar al siguiente a 8.000 millones, el tercero a 4.000 millones y el cuarto a 0. "
Ros y Miret hacen bien evidente en su estudio que, en la repartición de activos y pasivos, el balance del Estado español parte de un gran handicap de entrada: un agujero de 300.000 millones de euros que le sitúan al borde de la quiebra técnica. Una constatación que recogen del estudio de Jordi Angusto, Marcel Coderch y Gemma Pons Reparto de activos y pasivos entre Catalunya y el Estado español. El balance patrimonial del estado como herramienta de cálculo. En este trabajo, se calcula que cada euro de activos carga una mochila de deuda del 46%, un sobrecoste. En su búsqueda, estos expertos hacen una estimación previa de los activos materiales del Estado que podemos localizar en Catalunya, y que estarían por debajo del 15%, constatación bien verosímil, ya que en Catalunya se registran sólo el 2,66% de los edificios del Estado en toda su geografía. 

En este estudio de imputación de la deuda, Angusto, Coderch y Pons establecen una horquilla en la que en el margen inferior Catalunya debería asumir una deuda de 29.000 millones, que dejaría el porcentaje sobre el PIB en un 49,6%, mientras que en el margen superior, con la obligación de hacerse cargo de 85.000 millones, subiría hasta el 77,7%. El estudio da pie a interpretar que, en el momento del tira y afloja sobre activos y pasivos, "si te tienes que quedar con Adif, porque no hay más remedio, quizás deberás renunciar a Renfe", como dice Jordi Angusto. Como "cada activo lleva añadida una mochila de deuda, los negociadores del nuevo estado deberían pedir sólo lo que es imprescindible". Considera que en este reparto de los activos, que significa hacerse cargo del agujero patrimonial que los acompaña, "lo máximo que podría aceptar la parte catalana es repartir el agujero por población". En su razonamiento, "si Catalunya ha de afrontar de inicio un déficit fiscal de 100.000 millones, debemos tener en cuenta que el actual déficit fiscal de 16.000 millones anuales ya no se generaría, con lo que Catalunya estaría en condiciones de enjugar la deuda y de ir a buscar financiación en los mercados sin obstáculos ". 

Defensor del 10/10, es decir, "si los activos del Estado español en el Principado son el 10% del total, como es el caso, el nuevo estado catalán deberá asumir un porcentaje similar de pasivos como contrapartida" , responde a los que puedan considerarse que es poco porque el porcentaje es lejos del peso de Catalunya en el PIB español, que "no ha sido ningún capricho catalán, sino decisión española, y una justificación no menor de la independencia; el segundo, reiteró que una deuda soportada por activos equivalentes no es muy problemática y, como en España permanecerá el 90% de los activos, podrá asumir un porcentaje de deuda igual, independientemente de la ratio deuda / PIB de las partes ". Angusto también advierte a los jugadores de esta partida sobre la deuda: "En la medida que una parte del déficit fiscal« no ha sido pagada »sino incorporada a la deuda pública española, según qué volumen de deuda asumimos al acordar la independencia acabaremos aumentando o disminuyendo , retroactivamente, el déficit fiscal soportado. "

Haciendo un giro de 180 grados en el punto de observación, Ángel de la Fuente, director de Fedea y experto en balanzas fiscales, interpreta: "Dado que se trata de un divorcio, y hay una deuda común, la lógica es que, una vez se haya disuelto la unidad familiar, se reparta en función de la capacidad de pago ", es decir según la contribución catalana al PIB español. Así pues, "si Catalunya se hiciera responsable de la parte alícuota de la deuda española, su techo de deuda debería despegar hasta el 120%. Si el Estado común está considerablemente endeudado, difícilmente una Catalunya independiente lo estaría menos ". Con todo, De la Fuente considera que, en la eventual negociación de la deuda, "es hasta cierto punto raro establecer qué parte de la deuda es tuya y cuál es compartida".

En el análisis que ha realizado Javier J. Navarro, editor de la publicación digital El Blog Salmón, se vaticina, en caso de que las partes llegaran a un acuerdo, en aplicación del criterio por PIB, que "Catalunya tendría entre el 92 y el 100%, y eso no es un punto de partida favorable para una nación que acaba de independizarse ". Navarro, además, a una deuda que se acerca a los 200.000 millones de euros, añade un 2,7% adicional de la deuda de las entidades locales, que calibra en 5.288 millones. En cuanto a los acreedores, los tenedores de la deuda, expone dos soluciones posibles: por un lado, los acreedores podrían tener deuda de ambos estados resultantes de la secesión, o bien que el gobierno de España permaneciera como acreedor del catalán, que se mantendría en una situación de apalancamiento. A su juicio, para los acreedores internacionales ninguna de estas soluciones despejar las dudas de quien quiere cobrar: "La primera solución no convence porque pasarían a tener deuda de un estado que se acaba de crear y, además, el nuevo estado de España sin Catalunya podría tener problemas para financiarse, por el riesgo que se optara por una solución similar si otras regiones decidieran independizarse. El segundo supuesto tampoco convence para que el deudor dependería de otro para cubrir sus pagos. "

La coyuntura actual, de elevadísimo endeudamiento, "condiciona cualquier solución del contencioso catalán" cuando hablamos de reparto de la deuda, en opinión de Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la UAB. Por sus cálculos, "Catalunya debería absorber 240.000 millones de euros de la deuda pública de España, un 24%, según los cálculos del consejero de Economía, Oriol Junqueras, a los que hay que añadir 60.000 millones de deuda estricto de la Generalidad . Así que una Catalunya independiente comenzaría el camino con un endeudamiento público de cerca del 140% del PIB catalán. Y de este volumen, unos 80.000 millones, un 40%, estarían en manos extranjeras ". Para remachar el clavo, dice: "Esta deuda se debe refinanciar, y la refinanciación depende de la confianza que se nos otorgue. Ya tuvimos una buena muestra de lo que sucede cuando esta se socava: entre junio de 2011 y diciembre de 2012 abandonaron España unos 400.000 millones de euros y, en lugar de refinanciación y entrada de recursos, tuvimos estampida de capitales. "

Con esta perspectiva de un estado que empieza a caminar hiperendeudado, Roger Fatjó, jefe del servicio de estudios del CCN, no se cansa de repetir que hay que segregar de la deuda española a repartir el de la Catalunya autónoma, que es incluido. Interrogado sobre qué criterio puede prevalecer finalmente a la hora de negociar la deuda, observa: "Quizás se acaba imponiendo el poblacional, el que mejor entiende internacionalmente, aunque en algunas partidas convendría añadir un criterio homogeneizador de reequilibrio. El 16% de deuda sobre el PIB debería ser el listón, para negociar hacia abajo, utilizando criterios de racionalidad. "En este sentido, considera que jugar la carta del déficit fiscal histórico de 200.000 millones," contra los 148.000 millones que adjudica en Catalunya el Plan Margallo ", es la gran jugada estratégica en una partida en la que, se huele, la gran discusión será negociar los bienes no territorializables:" ¿Qué le corresponde a Catalunya del Museo del Prado o de Paradores, por ejemplo. " Fatjó dice que hay estudios que calculan que se necesitarían 4.000 millones para cubrir los gastos que ahora genera el gobierno estatal, y los que creen que asumir esto haría aumentar la deuda de la Generalitat, responde que "por el hecho de pertenecer a España ya pagamos mucho más ". En una Catalunya independiente, esta suma "sería un gasto hecho en el país con un efecto multiplicador en la economía". Fatjó prevé que en un hipotético acuerdo final "los acreedores, aunque concedan la razón en Catalunya, la obligarán a cargar una mochila de deuda para evitar dejar España con una deuda espectacular.


Y para terminar, si les queda ganas, lean este artículo de Xavier Sala-i-Martin:
http://salaimartin.com/randomthoughts/item/424-la-falacia-de-la-deuda-heredada.html

16 comentarios :

Anónimo dijo...

A la deuda hay que descontar la diferencia de las pobres inversiones del estado en Catalunya.

Francesc dijo...

Hola, querría hacer un par de apuntes:
El primero es una cuestión más bien jocosa. Puede estar bien que traduzcas el artículo al castellano, pero no creo que al bueno de Albert Pont le guste ver traducido su apellido.
Y ahora la parte seria. En el tema de la negociación hay una cuestión a la que nadie se refiere y es el momento. ¿En qué momento se negocia?, ¿antes de la independencia, o después?. Y la cuestión no es secundaria. Si el estado español está tan preocupado porque Catalunya se quede parte de su deuda algo tendrá que ofrecer, y no es lo mismo antes que después; antes puede ofrecer un soporte al reconocimiento internacional y una transición "ordenada" (puede sonar a chantaje pero es un argumento a utilizar), después su posible oferta quedará muy reducida.
¿Qué podrá ofrecer el estado español una vez seamos independientes?, más bien poco, se encontrarán enfrente un estado soberano que negociará la deuda según su exclusivo beneficio. Y tal vez la respuesta sea que la deuda se la coman con patatas. La solución extrema, sí, pero una vez independientes para asumir una parte de la deuda habrá que ganar algo a cambio.
Tendrán que tomar una decisión, o la actual intransigencia y luego negociar la deuda en una situación de inferioridad, o un trato más dialogante buscando un mejor reparto. Y el tiempo se acaba...

Jordi Català dijo...

Yaaaaaaaaaa, en artículos así de largos hay que usar el google traductor, y luego leerlo e ir rectificando algunas cosas que hace mal como el Puente de marras... Se me escapó... Cosas de la vida...
En todo caso, gracias, y gracias a todos los que a veces me rectifican.

Minoria Sorollosa dijo...

La respuesta es obvia... después. ¿Porqué? Fácil. Porque son españoles. Evidentemente, antes pueden negociar, pero ni saben ni quieren, quieren mandar, imponer, someter, obligar, castigar... es su manera de ser, forjada por los siglos. Y lo intentarán hasta el último momento. Y por ello, aunque sea su peor opción, será la que escogerán, solo porque ni se plantean otra. No la conciben.

Lo que ocurre es que en procesos de este tipo, no es fácil determinar el momento exacto de la independencia, necesario para poder hablar con exactitud de un antes y de un después. ¿De qué momento hablamos? ¿Del de la aprobación de las tres famosas leyes?¿Del momento de recuento de un hipotético referéndum?¿del momento en que el President declare solemnemente la independència desde el Balcón de la Generalitat? Porque recuerdo que ya tenemos una mayoría, social y parlamentaria, emanada de unas elecciones que se convirtieron en un plebiscito (que, algunos lumbreras, para sorpresa nuestra e incluso del enemigo, consideran que perdimos). Ese momento podría ser hoy o mañana, en cualquier momento. De hecho, somos tan imbéciles que lo estamos retrasando por motivos "estéticos", en vez de adelantarlo al máximo.

Pero, sea como sea... ¿Qué habrá cambiado exactamente al día siguiente a cualquierra de estos tres acontecimientos, en realidad? No es tan fácil. Pero la respuesta a tu pregunta, sigue siendo la misma... lo harán tarde y mal, y únicamente cuando vean que lo han perdido absolutamente, se plantearán salvar algo negociando, no antes. Son españoles, jamás lo olvides. Son así porque ni saben, ni pueden, ni quieren ser de otra manera. Y están en su derecho... igual que nosotros estamos en el nuestro de no ser como ellos. En el fondo, ese es el motivo de quere separarnos.

Anónimo dijo...

http://www.jotdown.es/wp-content/uploads/2013/10/FUJUR.jpg --> https://www.youtube.com/watch?v=CHe7JaArKsA
Fdo: FLAutista de Hamelín

Anónimo dijo...

De momento Catalunya sólo le corresponde un 16% de deuda. Cuando España negocie con Catalunya como un nuevo estado independiente entonces Cat podrá aceptar hacerse responsable de mas deuda. Como los acreedores de deuda española querrán cobrar, España (con el 130% de deuda y un déficit anual del -10%) no tendrá más remedio que reconocer a Catalunya como un nuevo estado.

U9

Anónimo dijo...

La cuestión es, porqué pagar parte de la deuda cuando es del estado español? No la hemos contraido nosotros; es más, cuando la Generalitat emitió los fondos patrioticos a un interés del 4 y del 5% a 1 y 2 años respectivamente, el estado español aseguró que jamas respaldaría la deuda con fondos públicos si la Generalitat quebraba y no retornaba ni ahorros ni intereses.

Ahora nos plateamos si es conveniente asumir parte de la deuda española, cuando durante estas últimas 4 décadas el estado español ha acumulado una deuda con nosotros del orden de 300.000 M€. Deberían devolvernos dicha suma con el reconocimiento ante la ONU y en la UE, y no obstante tememos que si no avalamos el agujero negro de la meseta frente a sus deudores, no tengamos reconocimiento ni acceso a la banca internacional? Tanto Suiza como Israel, ya estan abiertos a prestarnos dinero.

Es más, porqué avalar ante Franceses, Alemanes, Holandeses e Ingleses, a España? Quien en su sano juicio asumiría pagar por su independencia? Y con respecto a ADIF, RENFE y demás infraestructuras. Por qué pagar por ellas, si ya son nuestras? El estatuto de autonomía del 79 establecía que el 70% de los impuestos pagados a Madrid, volverían a Catalunya en forma líquida o en forma de inversión. A efectos técnicos dicho % se redujo al 50% hasta que el IVA paso del 18 al 21%, pasando el retorno de impuestos del 50 al 48% sobre un 70% establecido estatutariamente en el parlamento catalan, refrendado en las urnas por los catalanes y aprovado en las cortes con el aval de la firma del rei hemérito de entonces.

Mi parecer es que ya hemos pagado por la nacionalización de las infraestructuras, tanto terrestres, como aero/portuarias, con ese déficid intencionado de inversión desde hace casi 40 años (a falta de 3).

En mi humilde opinión, a nosotros nos toca coger las maletas y cerrar la puerta, dejar la luz encendida, el agua abierta y el alquiler por pagar; como compensación por las noches de fiesta y borrachera de los demás inquilinos, por las facturas comunitarias impagadas y asumidas, por la vulneración de nuestra intimidad, por las agresiones tanto físicas como psíquicas a las que nos han sometido durante siglos, por hurtarnos mientras dormíamos y vaciarnos la despensa durante el fin de semana.

Lo dicho: A dios lo que es de dios, al cesar lo que es del cesar y a españa .....

Anónimo dijo...

Francesc, la deuda se negocia una vez hecha efectiva la DUI. Una vez aprobado el marco legislativo transitorio del nuevo estado, entonces las partes se sientan a negociar; pero para ello es necesario que las dos partes esten de acuerdo en ello, ya que la pretensión de acuerdo indica que españa reconocería la independencia de Catalunya y eso creo que no será de un día para otro.

Con respecto al % de deuda que acabe asumiendo el nuevo estado, mucho me temo que si ponen a un subnormal tipo Santi Vidal, nos la acabemos llevando enterita, por ser Catalunya "Españolisima"; o 0% si en las negociaciones tenemos a un L.Tena (dios me escuche).

Yo dejaría a España con una mano delante y otra detras. Si asumimos su deuda, el mundo entero nos verá como el primo de turno que quiere ser independiente cargando con deudas ajenas. La única manera de mostrarnos serios y fuertes en el mundo entero, es dejando a la piel de toro solita con sus virtudes y defectos y ser con el resto formal en los pagos.

Con el tiempo y la deuda creciente e impagable del estado español, podriamos sacar tajada, comprando obras de arte a bajo precio que ahora se negarían a entregarnos en un reparto; así como los mal llamados "Papeles de Salamanca" y muchas mas. Al final, antes de que la UE empuje a españa o lo que quede de ella fuera de la UE o la obligue a entrar en la UE de 2ª, acabará vendiendo parte de "su" patrimonio artístico.

Y las obras de Dalí, que yacen en los depósitos del Prado bien ocultas, saldran a la luz nuevamente para que el mundo pueda contemplar su genio y proyectar nuestra imagen en el extrangero.

Anónimo dijo...

De momento un 16%? Y por qué no un 10% o un 0%? Quienes asumen el % de deuda son los que se independizan, no los que se quedan.

El % asumido dependerá del grado de estupidización de nuestros políticos, asumiendo que pago de deuda = reconocimiento internacional.

Lo que menos nos tiene que preocupar es la acceptación de la República Catalana por parte de los acreedores españoles. Lo que nos tiene que interesar es la equiescencia de los que no lo son; y sinceramente, el mundo es muy grande y paises pequeños como el Vaticano, tienen más peso que Inglaterra. Por ejemplo, la institución más rica y poderosa del mundo, es el Papado; y este ya ha lanzado un giño a Catalunya difundiendo que todos los pueblos tienen derecho a su libre emancipación.

Anónimo dijo...

Los bonos a nombre de la Generalitat representan el 32% del PIB. De este porcentaje la mitad corresponde al gobierno de España y la otra mitad a bancos, fondos de inversión y particulares.

La Generalitat tiene que asegurarse hacer efectivo sus compromisos que ya ha contraído con los bancos, fondos de inversión y particulares (el 16%). La forma más efectiva de ganarse la credibilidad de los mercados internacionales es asegurar los pagos de estos bonos en que la Generalitat ya es deudora.

De esta manera facilitas el acceso a los mercados financieros en caso de que sea necesario en el futuro.

A Cat seguramente le endosarán la deuda según el PIB (después de la negociación). Todo valor por encima sería una mala negociación. Por eso como punto de partida de negociación las autoridades catalanas tendrían que decir que sólo asumirán por población.

U9

ART dijo...

Aunque algunos se acercan a lo que pasará, están todos equivocados. NUNCA se negociará la deuda española con España. NUNCA. Y nunca se negociará la deuda española y sus activos, porque eso supone reconocer la independencia de Cataluña, y eso NUNCA pasará. Y digo que NUNCA ocurrirá, no porque al final "España" no quiera negociar, si no que para cuando quieran hacerlo, España ya no existirá porque le quedan cuatro telediarios.

Por lo tanto hay que tener en cuenta:

Que España NUNCA reconocerá la independencia de Cataluña.
Que NUNCA se negociará la deuda y los activos entre Cataluña y España.

¿Llegado a este punto que significa, que no pagaremos nada?. Pues desgraciadamente no. La deuda de España es española pero también de mucha otra gente. Bancos alemanes por ejemplo. Y esos querrán cobrar de un modo u otro. ¿Para quien vas a negociar la deuda española con el gobierno de España, si los dueños son los bancos?. Nosotros lo que tenemos que hacer es hacer el inventario de los activos de España y ponerle un valor. No se si es mayor, o menor, que la deuda española, pero vamos a suponer que es menor, y que vale la mitad de la deuda española (Es un supuesto). Se hace la suma, y eso es lo que supone para nosotros la deuda española. Hay que recordar que España no nos va a darnos activos (Ni cuadros, ni tanques, ni nada) y lo que hará España es vender esos activos para poder pagar su deuda. Por lo tanto nuestra deuda es MUY PEQUEÑA en cualquier caso porque hay que restar los activos que NUNCA nos van a dar.

ART dijo...

Ahora se llega a la negociación de verdad.

Esa negociación se hará con los bancos y especialmente los alemanes. Y digo principalmente porque de entrada solo nos interesa hablar con esos. Se llama al Deutsche Bank, y se le dice "Buenas, creo que tenemos una deuda con ustedes, me gustaría hablar con ustedes sobre este tema". Hay que recordar que el día que seamos independientes será el día que la Generalitat diga que a partir de hoy los catalanes no deben pagar un euro a la deuda Española, y si lo haces es tu problema porque la Generalitat te va a exigir ese dinero, se lo hayan dado a la hacienda Española o no. Ese día la prima de riesgo de España se disparará al 1000, y España se convertirá en un país en quiebra. Bien, volvamos al tema de la conversación del Deutsche Bank, y por supuesto que el banco estará encantado de hablar de ese tema, sobre todo si España acaba de quebrar, y ya ve perdido una gran parte de lo invertido en deuda Española. Pues le pones encima de la mesa el valor de los activos españoles, y de su deuda, le haces la suma, y le dices que los catalanes están dispuestos a pagar su parte de esa deuda, que es (por ejemplo) el 16% porque eramos el 16% de la población de España. Pero eso no significa que vamos a pagar el 16% de esa deuda, ni la mitad contando los activos. Hay que recordar que España estará en QUIEBRA, y los papelitos de la deuda española valdrán lo mismo que los de Argentina por ejemplo. De entrada digamos que no valen ni la mitad de lo que valían. Pues le dices al Deutsche Bank que estas dispuesto a quedarte con una parte de sus papelitos españoles convirtiéndolos en deuda de la República Catalana, con un valor del 75% del original. Pero le decimos que nosotros reconocemos esa deuda con el Deutsche Bank, siempre y cuando que Alemania reconozca a la República de Cataluña. Así que verás lo tarda el Deutsche Bank en llamar a la señora Merkel, o quien sea que esté en el poder de Alemania en ese momento. Y veréis lo que se tarda Alemania en reconocer a Cataluña como un país independiente, y decir que todo lo que estaba en la CE sigue estando en la CE, opine o lo que deje de opinar el gobierno español. Con el resto de los bancos no hace falta perder mucho tiempo, porque aceptarán el mismo trato que el alemán, y los países lo mismo.

Y si queremos algún activo español, con quien hay que hablar es con los bancos que a fin de cuenta serán los dueños.

¿Y que ha pasado con el FLA? ¿De que estás hablando?. ¿Que coño es eso del FLA?.

Cuando España llegue a la liquidación y se reparten los activos y los pasivos, nosotros no estaremos en ella, porque nosotros ya habremos hecho la liquidación por nuestra cuenta con los bancos un par de años antes.

ART dijo...

Gilipollas, ya te expliqué el cuento de la lechera hace tiempo, pero como no tienes ni la capacidad de un niño para entenderlo, te lo explico otra vez en versión resumida. Llega un gilipollas español, y me construye un aeropuerto de 1000 millones en medio de la nada (o al lado de otro más grande), y se cree que va ha hacer el negocio del siglo, porque todos los aviones del mundo van a querer aterrizar en su magnífico aeropuerto, y de paso se pone a a construir juntito un polígono industrial, porque las empresas van a hacer cola para alquilar naves al lado de su aeropuerto internacional, y por lo tanto construye una ciudad de adosados y edificios muy altos, porque con tantas empresas se van a necesitar 100.000 personas, y se va a acabar con el paro del país, y por lo tanto para llegar a su aeropuerto construye una autopista de peaje de 3 carriles, y una estación del AVE. ¿Te tengo que explicar como acabó el cuento?. Pues hay otro parecido que dice que un español ladrón de huevos, construye lo mismo que el del otro del cuento, pero a lo bestia. Construye el aeropuerto más grande de España, la ciudad más grande de España, los edificios de oficinas más grandes de España, 8 autovías y unas cuantas autopistas de peaje en todas las direcciones de España, 6 vías de AVE en todas direcciones posibles, unas olimpiadas sin olimpiadas, etc. Al final putea mucho la gallina de los huevos de oro con la que pagaba sus construcciones, se le escapa, y se le acabó vivir del cuento, y acaba como el de la lechera.

Anónimo dijo...

Dicho así, U9, es comprensible dicho %, siempre que estemos hablando del nivel de deuda sobre el PIB catalan en base a los prestamos contratados con financieras extranjeras; no con el estado español por el FLA y aun menos por los prestamos concedidos a este, ni por sus rescates.

El interés acumulado por el FLA no debería ser asumible para el nuevo estado catalan (excepto en el porcentaje indicado por la UE, en base a lo percibido), teniendo presente que el estado español impone, para su percepción, intereses superiores a los prefijados por la misma. Dichas cuantías sin interés deberían haber sido abonadas a las arcas catalanas en concepto de impuestos a devolver; siempre de conformidad al cumplimiento del estatuto de autonomía de Catalunya del 79. Pero al no haberse hecho esto último, ha devengado interés (justo el que al estado español le rota imponer para que las CCAA puedan recibir Fondos de Liquididad Autonómica). Esta diferencia entre intereses, es lo que el futuro estado catalan no debería asumir, y por lo tanto deducirse del total a pagar, porqué el estado español ya lo ha percibido para abonar parte de su deuda.

Por todo hay que hablar de un 10,6%, ya no de un 16%; tanto por ciento, este último, que Margallo ya ha puesto sobre la mesa como condición mínima "sine qua num" para empezar a negociar el reparto de activos y pasivos, en caso de secesión.

Por supuesto que las deudas contraidas por la Generalitat, deben ser abonadas; pero con España, ninguna. Si hacemos balance desde el 79 hasta la fecha, la cifra acumulada por el estado español para con nosotros será ya superior a los 300.000 M€ dentro de un año.

Anónimo dijo...

Por población, supongo que te refieres a la Catalana, no? Ya que la española implicaría asumir más de un 90%.

Anónimo dijo...

"Dicho así, U9, es comprensible dicho %, siempre que estemos hablando del nivel de deuda sobre el PIB catalan en base a los prestamos contratados con financieras extranjeras; no con el estado español por el FLA y aun menos por los prestamos concedidos a este, ni por sus rescates."

Exacto

"Por población, supongo que te refieres a la Catalana, no? Ya que la española implicaría asumir más de un 90%."

Catalunya quedaria en un rango similar a España en torno al 100% de su PIB. Pero la diferencia está en que Catalunya tendrá superávit mientras España continuara con deficit (incluso mayor que el que tiene ahora).

Esto nos sitúa en unos 2-3 años (después de la negociación), España con un deficit por encima del 110% mientras que en Catalunya se sitúe ya por debajo del 90% y en la media europea.

U9