Lo único que queda es eso, que al menos la gente tenga un fin daño en soledad, con su pareja, o en un par de burbujas familiares.
El 2020 ha demostrado que el mundo occidental se basa en una mentira y que España es el peor país de ese supuesto primer mundo.
El 2021 que viene será el de la falsa ilusión de la vacuna. La gente seguirá contagiándose durante mucho tiempo. Eso sí, es posible que el número de fallecidos baje porque a alguien le hará efecto la vacuna y tendremos a los ancianos en residencias como si fueran campos de concentración....
Pero, recuerden, en un mundo global hay que vacunar como mínimo a 5.000 millones de personas (y quizás tenga que hacerse cada año porque nos sabe el nivel de inmunidad que tendrá). Ante esa incapacidad es lógico que los Estados aseguren sus fronteras. Y quien saldrá perdiendo serán los países turísticos.
Pues eso, no busquen ningún milagro, el próximo ejercicio será igual de malo o peor. Es entonces cuando la mayoría de empresas que han mantenido a los trabajadores con ERTE decidirán ir a la quiebra porque no podrán ni satisfacer la deuda con la seguridad social por no conservar el empleo durante 6 meses.
2021 será un año de manifestaciones, es posible que las veamos después del verano. Y no solamente porque no habrá trabajo, sino porque se cambiará la manera de hacerlo y no todo el mundo estará preparado intelectualmente para desarrollarlo. Las grandes plataformas como Amazon serán las que al final decidirán qué productos son necesarios, es decir, qué hay que fabricar y comercializar. Puestos de trabajo precarios y sin olvidar lo envejecida que está la población de la UE...
Todo eso llega cuando el mundo necesita parar el cambio climático, o sea, más transformaciones cuantiosas o sufrir las consecuencias de no hacerlo...
En fin, no puedo desearles un feliz 2021 porque no va ser así. Veremos miseria, hambruna y violencia.
Y sobre Catalunya, poco que decir. Es muy probable que finalmente perpetren un tripartito ERC-PSC-Comuns. Pero también les digo que los de la Esquerra sufrirán el cabreo de al menos un millón de independentistas que cada día llenaremos de ira las redes sociales recordándoles su traición.
Sí, un año caliente en el mundo, en España y en Catalunya.
Habrá mucha, mucha, mucha rabia.