La prensa de Madrid esconde el éxito de la fiesta de Sant Jordi.

El manual del odio de la prensa mesetaria dice que no hay que publicar nunca nada bueno de Catalunya, solo noticias malas... y si no las hay, inventárselas. 
Si hay inversiones hay que ocultarlas. En cambio, si se traslada una sede de una empresa de 4 trabajadores debe salir en portada.

Ayer Catalunya fue una fiesta, y España lo vivió con rabia, un millón de personas se reunieron en un par de ramblas de Barcelona de manera pacífica e intelectual. 
6.000.000 de rosas se vendieron, sí, gente que regala rosas a sus seres queridos. Eso pasa en esa Catalunya que desde la puerca Madrid hacen ver que está dividida.

En cualquier país del mundo estarían orgullosos que una parte de sus habitantes celebraran un día tan excepcional culturalmente hablando, algo que no tiene parangón en todo el planeta. Que muchas ciudades han pretendido exportar pero que no lo han conseguido. Una muestra que los catalanes somos diferentes, genuinamente diferentes.
Como si fuera fácil vender 1.5 millones de libros en un día...

Pero lo que jode a Madrid es esa capacidad de reunirnos tan pacíficamente que tenemos los catalanes, de meternos en calles en las que es casi imposible avanzar, sin ningún empujón ni mal gesto.
Todo es cultura, amor, familia y fiesta. 
Una sociedad, la catalana, que hace una cadena humana de 400 kilómetros.

Madrid aborrece nuestro pacifismo, no lo entiende, por eso la asociaciones españolistas -mantenidas desde la capital- contratan a pordioseros nazis para liarla. De esa manera pueden sacar imágenes de violencia en Catalunya".
Fíjense que solo hay pequeños altercados en Catalunya cuando es una fiesta nacional española o cuando organizan algo los unionistas.

En fin, ya lo ven, Sant Jordi no merece una portada en esos medios generalistas que dicen que tanto quieren a Catalunya.
Ni El País se atreve...

Por cierto, otra muestra del seny catalán es que el segundo libro más vendido fue el de Empar Moliner, la periodista que fue masacrada desde Madrid por quemar una constitución de mentira...

Supongo que eso demuestra muchas cosas que Madrid jamás entenderá...