Dos grandes inversiones en Catalunya: una marca sueca fabricará camionetas eléctricas y SEAT impulsará una planta de baterías.

Un par de noticias que harán mucha rabia a Madrid...

El constructor de vehículos eléctricos sueco Inzile se ha postulado para ocupar la planta de Nissan en Barcelona con el fin de producir hasta 5.000 unidades anuales del modelo de camión eléctrico Pro4, según un comunicado remitido por la empresa este martes. La compañía aterrizaría en la Zona Franca en el marco de un 'hub' de descarbonización que supondría una inversión de 800 millones de euros e incluiría sistemas de reducción de dióxido de carbono o un centro de formación.

Además, SEAT condiciona la fabricación de coches eléctricos a que el gobierno de España propicie la instalación de una empresa de baterías en Catalunya.

En julio del año pasado, SEAT anunció 5.000 millones de euros de inversión en los próximos cinco años en nuevos proyectos de I+D para electrificar su gama y en nuevos equipos e instalaciones para las plantas de Martorell, Barcelona y Componentes. Por entonces ya avanzó que su deseo producir un modelo 100% eléctrico en Martorell a partir de 2025. También condicionó entonces la llegada del eléctrico a la instalación catalana al apoyo del Gobierno al sector de la automoción. 

SEAT ve imprescindible que Catalunya cuente con una planta de baterías, de forma que el montaje de las mismas se sitúe cerca de la planta de Martorell. Tanto SEAT como Volkswagen están interesados en invertir junto con proveedores y el Gobierno español (con dinero de Europa), aunque esa fábrica no sería exclusiva para una marca o un grupo. 

Sabedores que la formación profesional en Catalunya es de las mejores de la península (con permiso de Portugal) LG Chem, filial de LG, y la francesa Schneider Electric han mostrado interés por los terrenos del fabricante japonés en la Ciudad Condal.

Por otra parte la Generalitat de Catalunya respalda un proyecto para construir una planta de producción y reciclaje de baterías, denominado Battery Hub y que busca captar 6.800 millones de los 140.000 que recibirá España del plan Next Generation UE. Aunque España todavía tiene que decidir cómo se repartirán los fondos europeos (podemos temernos lo peor...).