Esto permitirá a Catalunya contar con una red satelital de gestión propia, como es el caso del GPS norteamericano, la constelación Beidu china, la rusa Glonass o la europea Galileo.
El Govern ya ha puesto en marcha la licitación de la fabricación de estos dos satélites, que servirán para "generar datos que pondremos a disposición de la industria", e impulsar así un sector que Puigneró ha denominado como "la nueva economía del espacio".
Empresas como las citadas Sateliot y Open Cosmos podrían participar en el concurso, dado que son de las pocas corporaciones especializadas en el lanzamiento y gestión de este tipo de satélites y tecnologías.
Los operadores de telecomunicaciones son otras de las corporaciones que en el corto o medio plazo tendrán que resolver si apuestan o no por el lanzamiento de nanosatélites para afrontar el futuro mercado de Internet de las Cosas (IoT).
Mejorar la conectividad
Los servicios que ofrecen estos satélites son muy distintos: desde la observación y seguimiento de los incidentes meteorológicos al control de cultivos o de rebaños situados en lugares de difícil acceso como el Pirineo, además del análisis de la contaminación atmosférica o la capacidad de los embalses.
Otra línea de trabajo es el impulso que supondrán para la mejora de la conectividad, de la mano del 5G y del Internet de las Cosas.
El conseller está convencido de que en estos momentos de dificultades por la crisis se abre una oportunidad única para lanzar una estrategia que impulsará un sector de alto valor añadido, capaz de crear unos 1.200 puestos de trabajo y de generar una facturación de 300 millones de euros en tres o cuatro años.
A nivel global, el conseller ha subrayado que en los próximos 5 años está previsto que se lancen más de 3.500 satélites de este tipo, y que el sector crezca a un ritmo del 20% anual hasta alcanzar una facturación de unos 4.000 millones de euros en 2025.
El sector tecnológico catalán ha crecido a un ritmo de generación de empleo del 10% anual en los últimos tiempos, un factor que anima a la administración catalana a apostar por actividades basadas en la tecnología como la industria del espacio.
Puigneró ha expresado su esperanza de que el Gobierno español "no imponga restricciones" al desarrollo de este nuevo sector por parte de la Generalitat. "Las competencias del espacio en la zona donde orbitan los nanosatélites no son exclusivas del Estado, son como aguas internacionales", ha dicho.
"Esperemos tener el apoyo del Estado y que no nos pase como en el pasado, que nos pusieron palos en las ruedas", ha subrayado.
Los nanosatélites, que tienen un coste de fabricación de entre medio millón y unos 2 millones de euros, pesan de uno a diez kilogramos y orbitan a hasta 2.000 kilómetros de altura de la tierra, con una vida útil de unos cuatro años.
Puigneró ha defendido que con esta estrategia el Govern actúa como "un estado emprendedor", ya que, según sus cálculos, cada euro invertido en este sector se multiplicará por 15 en términos de PIB.
Evidentemente aparecen los primeros rabiosos...
No tardarán mucho los del tribunal inconstitucional diciendo que esto es inadmisible y prohibiéndolo, ya veréis.
ResponderEliminarFaran com amb les begudes ensucrades.
ResponderEliminarLes millors idees que han tingut mai els nyordos han sigut esperar a que altres les tinguin per copiarse-les o simplement prohibir-se-les per després autoritzar-se a si mateixos l'exclusiva.
Bartocancer dimitió, por fin !!!
ResponderEliminarhttps://www.yavendras.com/upload_imgs/3/d/por-fin-es-viernes-4.gif
Hay universidades madrileñas que han mandado nanosatélites. No sé qué rabia puede generar... pero si sois más felices.
ResponderEliminarUn altre exemple de comentari unionista, rabiós, als quals fa referència l'article...
EliminarEsta España es, por "tradición", autodestructiva. Les guste o no les guste. Por supuesto teniendo a Madrid como capital.
ResponderEliminarNo declarar la guerra a dicho país ya es peor.
Koroliov le costó mucho convencer a los militares rusos que en lugar de una bomba se montara un satélite en el primer ingenio aeroespacial, creado por el hombre, que orbitára la Tierra; Hablo del famoso Sputnik. Sus consecuencias a nivel propagandístico les sobrepasó enormemente de lo que hubiesen podido imaginar.
ResponderEliminarEn ese aspecto aquellos militares demostraron ser inteligentes.
Madrid no va ha ser menos, y mientras para Ayuso un satélite no sea más que una bola tonta hueca de acero, para que esté divagando en el espacio, es mejor que lo haga en una plaza de Madrid atado con una cuerda y con ayuda de una hélice vaya dando vueltas, porque sale más barato y es lo mismo, pues con esta mentalidad retrasada Catalunya nunca tendrá un satélite.