Olor a queroseno en la economía aeronáutica española (y a los catalanes nos da igual).

Es evidente que la falta de turismo castiga a la hostelería, al sector Servicios y a la economía en general, sobre todo la catalana que un mal día decidió apostar por el turismo, dejando a la industria propiamente dicha en segundo plano (aunque la primera economía catalana es la agroalimentaria).

Dicho esto, hay un sector en el que Catalunya no sufre las consecuencias del coronavirus y ese es el aeronáutico.

Haciendo un poco de historia, hay que recordar que España (directamente, el gobierno español) siempre ha castigado a Catalunya en lo que concierne a la gestión de aeropuertos, industria aeronáutica y compañías aéreas.

Recordemos la negativa del gobierno español para que un consorcio catalán pudiera gestionar El Prat, o como dejaron hundir a Spanair, o como decidieron no poner industria pública aeronáutica en el principado. Sin olvidar cuando Iberia se largó de los aeropuertos catalanes para potenciar el hub de Madrid...

Por eso, ahora -por suerte o por desgracia- los catalanes vemos el desplome de la economía aeronáutica española con pasividad y con cierta sonrisa.

Es decir, nos da igual que AENA no obtenga resultados ya que la empresa semiestatal roba cada año 700 millones de beneficios de los aeropuertos que gestiona en territorio catalán.
Evidentemente nos importa un pito la suerte de Iberia y de su filial Vueling.
Y menos aun nos importa la industria aeronáutica instalada en Castilla la Mancha, Madrid y Andalucía. 
De acuerdo, es muy posible que alguna empresa catalana reciba algún pedido de... ¿cables? Pero seguro que esa empresa trabaja para el sector automovilístico y el ferroviario; no depende exclusivamente de los aviones...

Por lo tanto, ya lo ven, nos la refanfinfla que todo lo relacionado con los aviones se vaya al garete, tanto en España como en el mundo.
Lo único que nos afecta en parte es por lo turistas que vienen a Catalunya. Aunque, por cierto, en el 2019, el total de pernoctaciones hoteleras fueron de unas 58,2 millones:
-8,6 millones eran catalanes
-7 millones eran españoles
-42,6 del resto del mundo

O sea, cada catalán hace poco más de una noche de hotel en su territorio. Si hiciéramos 10, ya podríamos salvar a los hoteles...

Si los catalanes quieren salvar hoteles, que hagan lo mismo que con el turismo rural.