España ya no roba 16.000 millones de euros al año a Catalunya; ya son 16.800 millones.

Fin de los famosos 16.000 millones que hemos ido denunciando durante años, los 16.800 millones de expolio de los ejercicios 2015 y 2016 hacen pensar que ya estamos en los 17.000 millones. 
Y por fin, en las balanzas fiscales, se cuenta también el expolio del aeropuerto de El Prat.
(ver aquí informe)

El déficit fiscal de Catalunya con el sector público central, que incluye el Estado, sus entes y la Seguridad Social- superó los 16.800 millones de euros anuales en los ejercicios 2015 y 2016, de acuerdo con la última actualización de la balanza fiscal que elabora la Dirección General de Presupuestos de la Generalitat. Estos datos se incluirán en el Informe Económico y Financiero que acompaña el proyecto de Presupuestos de la Generalitat para 2020, en cumplimiento de la Ley 10/2012 de 25 de julio, de publicación de las balanzas fiscales.

La balanza fiscal muestra la diferencia entre el gasto que España efectúa en un territorio y los ingresos que obtiene de este territorio, con los que financia parte de su gasto público. Existe déficit fiscal cuando los ingresos obtenidos en un territorio superan los gastos que se destinan a los ciudadanos de este territorio, es decir, cuando hay una salida neta de recursos. La última actualización de la balanza permite constatar, un año más, que Catalunya sufre una situación de déficit fiscal en relación con el Estado.

Como en los años anteriores, la balanza fiscal de Catalunya con el sector público central se ha calculado con las dos aproximaciones metodológicas estándares: la del flujo monetario y la de la incidencia carga-beneficio. El método del flujo monetario refleja el gasto efectivo que realiza el sector público central, y de ahí que sea el método más adecuado para medir el impacto económico real de la actividad del Estado sobre el territorio catalán.


Una aportación del 19% y un retorno del 13%

De acuerdo con este método, el déficit fiscal de Catalunya en el año 2015 fue de 16.803M €, un 8,2% del PIB catalán. Aquel año, Catalunya aportó el 18,9% del total de ingresos del sector público central y recibió el 13,2% de su gasto. En 2016 el déficit fue similar, 16.801 M €, un 7,9% del PIB. Aquel ejercicio, Catalunya aportó el 19,2% de los ingresos y recibió el 13,5% del gasto. En ambos casos, se constata que los ingresos aportados por Catalunya tienen un peso similar al del PIB catalán, mientras que el gasto del Estado se sitúa casi seis puntos por debajo de este porcentaje.

Con el método de la incidencia carga-beneficio, el déficit fiscal de Catalunya fue de 11.830 M € en 2015 y de 12.225 M € en 2016, que representan un 5,8% y un 5,7% del PIB catalán, respectivamente.


 El gasto discrecional del Estado en Catalunya, por debajo del 9%

Si se excluyen las operaciones de la Seguridad Social (SS), que por sus características son gastos no discrecionales, el diferencial entre el peso de los ingresos aportados y los gastos recibidas se incrementa sustancialmente. Esto se debe a que el gasto de la Seguridad Social -básicamente pensiones y prestaciones de desempleo- no está sujeta a la discrecionalidad de las políticas territoriales del Gobierno central, sino que son derechos adquiridos por los ciudadanos a título personal. En el caso del flujo monetario, los ingresos aportados por Catalunya sin incluir la SS continúan representando un peso similar al del PIB (19%), pero el peso porcentual de los gastos se sitúa en un 8,1% en 2015 y el 8, 6% en 2016. Esto hace que el diferencial de los ingresos respecto a los gastos supere los 10 puntos.


Evolución histórica

El Gobierno dispone de datos del déficit fiscal catalán con el método del flujo monetario desde el año 1986. El déficit en este periodo se sitúa, de media, en el 8% del PIB catalán. En valores absolutos, el saldo negativo de los últimos dos ejercicios analizados (16.803 M € en 2015 y 16.801 M € en 2016) es el más alto de la serie histórica después de los 17.200 M € registrados en 2008.

320.000 millones de euros ha expoliado España a Catalunya en 31 años.
Actualizado al 2019 serían unos 370.000 millones de euros en 34 años.
Seríamos una de la sociedades más ricas del planeta Tierra si no fuéramos esquilmados por los españoles.