La solución es fácil: Puigdemont en el exilio será el 5º presidente de la República de Catalunya y Junqueras el 131 de la Generalitat.

Anterior al 27 de octubre del 2017, en la historia de Catalunya se había proclamado la República en cuatro ocasiones. Pau Claris, en 1641; Francesc Macià, en 1931, y Lluís Companys, en 1934, la proclamaron en calidad de presidentes de la Generalitat. Y Baldomer Lostau, en 1873, lo haría en nombre de la Diputación de Barcelona. Con diferencias sustanciales. Lostau y Companys reivindicarían la adaptación del régimen foral catalán de 1714 a una modernidad republicana. En cambio, Claris y Macià proclamarían la independencia.

Es posible que alguien cuente 3 o 4... En todo caso, pueden ponerse de acuerdo los historiadores a la hora de ponerle número a Puigdemont.

Y Junqueras sería el 131 presidente de la Generalitat de Catalunya.

Sí, así de claro y de fácil. Necesitamos a Puigdemont como presidente de la legítima República, y digo "legítima" porque fue la consecuencia de un referéndum y de una votación parlamentaria posterior. Solo la represión y la fuerza del más poderoso están demorando esa legalidad.

Puigdemont y Junqueras pueden cohabitar en sus cargos.

Puigdemont debe seguir haciendo su espléndido trabajo en Bruselas como Presidente republicano, y abrir una oficina del Gobierno de la República en el exilio, tal como hicieron Irla y Tarradellas con la Generalitat durante el franquismo.
Es evidente también que ese Govern necesitará un presupuesto, y ya empieza a ser hora de que se cree una fundación para tal respecto y para que el pueblo pueda dar su aportación.

Y mientras eso ocurre en Bélgica, la Generalitat impuesta por el 155 debe seguir haciendo país; estructuras de Estado y convencer a los indecisos con presupuestos sociales y empresas públicas.

Recuerden que la República se proclamó, no hace falta volver a hacer ninguna otro maldita votación, ni que la Generalitat se la juegue reconociéndola.
La actual Generalitat debe funcionar como régimen interino bajo las interpuestas -a la fuerza- leyes españolas.

Para ese cargo autonómico provisional, el elegido debe ser Oriol Junqueras, que seguramente delegará en la figura del Conseller en cap que debería ser alguien del PDeCAT.

Algo más...
Salvo Junqueras, los otros encarcelados y exiliados, no deben recoger su acta, aunque pueden ser consellers ya que no hace falta ser diputado para serlo.

Ya ven lo fácil que puede ser ponerse de acuerdo...
¿Serán capaces?