ATLANTIC COUNCIL ya habla sobre el futuro ejército catalán dentro de la OTAN...

Aquí en enlace original:
http://www.atlanticcouncil.org/blogs/defense-industrialist/the-military-implications-of-catalonian-secession-an-update

Y en google traductor:
Ya en agosto de 2014, escribí sobre "Las implicaciones militares de la secesión escocesa y catalana". Después de los acontecimientos del pasado fin de semana en Catalunya, pensé que debería volver a publicar una versión ligeramente actualizada de este ensayo, centrada esta vez en la cuestión catalana . Es importante recordar, después de todo, que el gobierno secesionista de Barcelona ha endosado unirse a la Unión Europea y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Ambas organizaciones han advertido que la adhesión no es remotamente automática, dependiendo más bien del acuerdo de cada estado miembro existente. Éstas son listas ligeramente diferentes en los 28 países, y sólo hay que recordar la exclusión de Macedonia por parte de los griegos -por medio de una disputa de marcas- para comprender cuánto tiempo puede durar un boicot. Como dos de mis colegas del Consejo Atlántico cuestionaron una vez, la UE podría no admitir pronto Catalunya, ya que algunos Estados miembros (en particular Bélgica) tienen motivos para temer una mayor actividad secesionista.

Aun así, tan fea como la respuesta española apareció, el gobierno federal en Madrid puede no lograr bloquear un movimiento decidido de autodeterminación. Así, suponiendo que Catalunya fue admitida en la OTAN, ¿qué contribuirá el país recién independiente? En el Foro de Prospectiva Estratégica 2014 en el Consejo del Atlántico, Anne Marie Slaughter de la New America Foundation opinó que una Catalunya independiente haría un buen trabajo de defensa. Después de todo, Catalunya es un país de más de 7 millones de habitantes, con más de 300.000 millones de dólares en PIB. El gasto de tan sólo el 1,6% de esa cifra, muy por debajo del ampliamente ignorado umbral de la OTAN, por supuesto, proporciona más de 4.500 millones de dólares anuales. Eso es más o menos el presupuesto militar de Dinamarca, que cuenta con fuerzas armadas bien consideradas y eficientes.

Los planes militares catalanes son algo vagos, pero cuando la cuestión surgió en 2014, enfatizaron una armada. Con excelentes puertos en Barcelona y Tarragona, Catalunya está bien posicionada como una potencia naval de menor importancia, "con el Mediterráneo como nuestro entorno estratégico, y la OTAN como nuestro marco", como sostuvo el think tank de defensa de los nacionalistas. Los planes preliminares requerían un grupo de seguridad en el litoral de unos cientos de marineros al principio. Después de unos años, Catalunya asumiría la responsabilidad como "un actor principal en el Mediterráneo", con aviones de patrulla marítima terrestres y pequeños combatientes de superficie. Finalmente, la ambición nacionalista puede incluir un grupo expedicionario con una compañía de asalto ligero y cientos de marines, para tomar un papel serio en la seguridad colectiva. Eso sería más útil para la Alianza que el foco de Madrid en los tanques y la artillería para defender Ceuta y Melilla de una invasión marroquí.

Por supuesto, todos estos planes están sujetos a los caprichos del proceso político del país, pero las ambiciones de Catalunya son razonables en parte porque están restringidas. Si se caracteriza con precisión por los pocos papeles blancos que han surgido, la postura de los separatistas sugiere una valiosa y refrescante visión de la especialización en la defensa colectiva: construir una armada que esté comparativamente centrada en influir en los acontecimientos en tierra. Después de todo, en términos generales, el otro se sienta desde Rusia, las fuerzas terrestres menos importantes y las fuerzas navales más necesitadas. Al dejar de hacer hincapié en las fuerzas militares que cualquier país sin litoral tendrá, y en lugar de dirigir las inversiones hacia aquellos que está comparativamente en condiciones de proporcionar, Catalunya podría golpear por encima de su peso en los asuntos políticos europeos. No puede haber más Álvaro de Bazáns en Barcelona, ​​pero puede haber nuevas fuerzas litorales -volando las cuatro barras de la Senyera- que la OTAN necesita en la periferia del Mediterráneo.

En resumen, si bien los Estados miembros de la OTAN no pueden tratar la eventualidad a la ligera, espero que la Alianza tenga que preocuparse poco de perder mucho a través de la independencia catalana. De hecho, sólo hubo un claro perdedor tras los acontecimientos del pasado fin de semana: el gobierno español. Brutalizar a la gente que va a las urnas nunca es un argumento ganador.

Ya lo han léido...
Es evidente que es muy goloso. para la industria armamentística y para la seguridad de esa parte del mediterráneo, una Catalunya independiente con 4.500 millones de euros de gasto anual en defensa...

Y los EEUU saben que España no tiene capacidad para tener controlado lo que representa la Mar Catalana...