ESPAÑA: El último que salga que apague la luz.

Seguro que todos hemos ido a reuniones de poco interés en alguna aula o local cultural.
Incluso en juntas de propietarios confiando en que la tía buenorra del 3º 2ª también esté (perdón por el machismo).
De todas esas asambleas, cursillos o demás no queda nada salvo el recuerdo típico del que siempre había alguien que decía "el último que apague la luz".
Sería incapaz de escribir un acta de cada una pero, sin embargo, me acuerdo de esa frase final.

En eso están los españoles, a ver cuándo termina este disparatado estado y queda abandonado en la oscuridad.

No hace falta ser muy avieso para asegurar que España desaparecerá. Un país inventado que a muy pocas personas les interesa salvo que se pueda vivir sin pegar golpe o robando.
No busquen nada más. Franco quito de la historia económica y cultural a España cuando en el mundo se cocían muchas cosas. Solo escritores o actores de cine borrachos venían a la España franquista. Pero les importaba un bledo la dictadura, venían porque su dinero les daba para más, y se sentían muy superiores ante un pueblo ignorante y lleno de toreros.

Pero esa España convertía la miseria en romanticismo.
La actual es peor, de la miseria crea odio.
Y, cuidado, no vamos a defender al dictador pero es que la España actual no tiene ningún sentido, ni futuro, ni esperanza.
Hemos pasado de la miseria inducida a la sociológica.


Sí, de acuerdo, hubo una exaltación de falsas libertades en la fallida transición y poco más. Unos años 80 con canciones punk que hablaban de pililas y mucho porno en los quioscos.
Pero los funcionarios que trabajaban en los ministerios de Madrid eran franquistas de tomo y lomo.

En un brutal elipsis a lo "2001", 30 años después de la movida estamos... peor.
No hay capacidad intelectual ni carisma en los mandatarios españoles actuales ,bajo unos ministerios controlados por los hijos o nietos de los franquistas. Pero eso no es lo más terrible, lo brutal es que las formaciones políticas se sienten cómodas con la democracia de baja intensidad. Tanto que incluso son conniventes con ello.

En el caso de los dos partidos parlamentarios que han tenido poder, el PPSOE, han instrumentalizado la justicia y el tribunal constitucional. Esas dos piezas sagradas en la mayoría de países del mundo aquí las han deslegitimado hasta el ridículo.
Por eso, los pequeños "detalles" diarios ya no nos sorprenden. Toda la economía se basa en timar o estafar al pobre desgraciado usuario. Nos roban por delante y por detrás: ya sea en las facturas del gas o de luz o del agua. Y también nos roban con corrupción y con inversiones ruinosas.

Y a los catalanes lo mismo pero sumando el expolio fiscal. Algo también único en el planeta Tierra; no hay región que sufra un 8% de robo sobre su PIB. Ese dato ya debería alertarnos de a donde hemos ido a parar...

En estos momentos de locura colectiva en el nacionalismo español escuchamos a un ministro del interior que encuentra bien que la policía de Madrid intente "linchar" a un político...
Sí, sí, han leído bien, se alegraba del escrache recibido por un concejal de Podemos porque "así ha probado de su propia medicina". El ministro del interior justificando la ley del talión...
Ya no es que no me represente este tipo... es que, además, ya no me defiende...
Esto sí que es Venezuela...
Y esta frase el mismo día que nos enteramos que hasta los bancos chinos vienen a España para blanquear dinero... No lo hacen en la City eso...

No quiero alargarme más porque todos ustedes están siendo testigos de que cada día hay una barbaridad nueva; un día toca corrupción, al siguiente estafa, al de más allá prevaricación...

Ante esta pornografía la guinda la ponen los podemitas; completamente desubicados de la realidad, de ridículo en ridículo... y lo único que les salva es ese cierto grado de buena fe para intentar salvar al pobre de solemnidad. Aunque, mucho cuidado, cualquier pacto del PSOE que no sea con ellos desatará la irá del Pablo Iglesias y su populacho perrofluta.
Si es que.. al final, veremos hostias...

En fin, ante ese sinsentido es un suerte que los catalanes vivamos con ilusión la creación de un nuevo estado, pero cierto es que será mucho más difícil empezar a partir de ruinas, porque, oigan, España no la salva nadie.
El último que apague la luz.