Ante la falta de inversión por parte del estado, los propios catalanes pagaremos la Línea 10 de metro.
La inauguración del tramo de la línea 9, más el anuncio de que las obras de la 10 empezarían dentro de nada, ha pillado por sorpresa a España, y su reacción ha sido de rabia. Tanto La Razón como El País (tanto monta monta tanto) han soltado toda su bilis ante semejante noticia de obra e inversión estratégica para el futuro económico de Catalunya. Incluso no entienden cómo se pagará sin crear déficit... Una cosa está claro, quien no la pagará será España. La noticia, de cara a un futuro, se recibe como un soplo de aire fresco entre trabajadoras y trabajadores de la Zona Franca y La Marina. Ya son muchas las empresas que están apostando por la zona y uno de los grandes inconvenientes de cara a la plantilla es la opción de transporte público y movilidad. Un ejemplo de ello para el sector Agencias de Viajes es Vacaciones eDreams, con más de 400 personas en su plantilla y que hace pocos meses estrenó sus nuevas oficinas en Paseo de Zona Franca, al lado mismo de una de las futuras estaciones de la linea 10. Y muy pronto Amazon...
Viendo las ganas de la Comisión Europera en imponer los recortes a España y que se le acaba la paciencia viendo que en España no se forma govierno.Es posible que la Comisión Europea acabe imponiendo a un govierno de tecnocratas, al estilo de Italia?
El caso del Metro, demuestra lo que pasará cuando seamos independientes. En este momento, el ayuntamiento de Barcelona como sus ingresos se quedan en Barcelona, tiene pasta para hacer lo que le de la gana. La Generalitat como dependen de lo que le mandan de Madrid, porque la pasta se la llevan ellos, y devuelven lo que quieren, y cuando quieren, pues pasa lo que pasa. Si la pasta de los impuestos de Cataluña se queda en Cataluña, la Generalitat no necesitará pedir prestado al ayuntamiento de Barcelona. Hasta dirigida durante un tiempo por la Colau, Barcelona no tendrá problemas económicos. Y Cataluña dirigida por quien sea, no tendrá problemas económicos. Todos los problemas de Cataluña se llaman España, y en concreto estar en España.
La gestión de esta linea de metro no es precisamente un testimonio que refrende la (supuesta) eficiencia catalana, más bien lo contrario. Esta línea no se está construyendo, se está perpetrando. El gobierno de CiU la diseñó a corre-cuita por una motivación electoralista, asignando un proyecto de colosal envergadura sin presupuesto ni planificación. Y para acabar-ho d'adobar, las modificaciones posteriores del Tripartit para contentar a sus acólitos metropolitanos, como el alcalde de El Prat, terminaron por encarecer y ralentizar las obras. Planificación, diseño, financiación... Todo el proyecto de la línea es de país bananero. Los únicos responsables de este disparate han sido nuestros políticos, los convergentes y los del tripartido.
Tengo una pregunta estúpida:
ResponderEliminarViendo las ganas de la Comisión Europera en imponer los recortes a España y que se le acaba la paciencia viendo que en España no se forma govierno.Es posible que la Comisión Europea acabe imponiendo a un govierno de tecnocratas, al estilo de Italia?
Jo.
No creo Jo, pero cuando quiebre España ya verá lo que es tener hombres de negro hasta la sopa.
ResponderEliminarEl caso del Metro, demuestra lo que pasará cuando seamos independientes. En este momento, el ayuntamiento de Barcelona como sus ingresos se quedan en Barcelona, tiene pasta para hacer lo que le de la gana. La Generalitat como dependen de lo que le mandan de Madrid, porque la pasta se la llevan ellos, y devuelven lo que quieren, y cuando quieren, pues pasa lo que pasa. Si la pasta de los impuestos de Cataluña se queda en Cataluña, la Generalitat no necesitará pedir prestado al ayuntamiento de Barcelona. Hasta dirigida durante un tiempo por la Colau, Barcelona no tendrá problemas económicos. Y Cataluña dirigida por quien sea, no tendrá problemas económicos. Todos los problemas de Cataluña se llaman España, y en concreto estar en España.
ResponderEliminarLa gestión de esta linea de metro no es precisamente un testimonio que refrende la (supuesta) eficiencia catalana, más bien lo contrario. Esta línea no se está construyendo, se está perpetrando. El gobierno de CiU la diseñó a corre-cuita por una motivación electoralista, asignando un proyecto de colosal envergadura sin presupuesto ni planificación. Y para acabar-ho d'adobar, las modificaciones posteriores del Tripartit para contentar a sus acólitos metropolitanos, como el alcalde de El Prat, terminaron por encarecer y ralentizar las obras. Planificación, diseño, financiación... Todo el proyecto de la línea es de país bananero. Los únicos responsables de este disparate han sido nuestros políticos, los convergentes y los del tripartido.
ResponderEliminar¿Todo el Proyecto? ¿País bananero?
ResponderEliminarO sea, el trazado también...
En todo caso, aunque tengas parte de razón, el mero hecho de emprender alguna obra en Catalunya entusiasma.
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