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domingo, diciembre 13, 2015

Cuando Rajoy escribía artículos "nazis" sobre desigualdades entre hombres por estirpe y código genético...

Sí, claro, han pasado 30 años desde que escribía artículos que parecían sacados de ensayos nazis... pero ahí está la hemeroteca para recordarlos...

Seguro que ninguno de sus rivales lo utilizará en esta campaña electoral de perdedores...

Decía Mariano en 1983 en El faro de Vigo, a partir de la lectura de un libro del franquista Luis Maure Mariño.

Igualdad humana y modelos de sociedad, por Mariano Rajoy

Uno de los tópicos más en boga en el momento actual en que el modelo socialista ha sido votado mayoritariamente en nuestra patria es el que predica la igualdad humana. En nombre de la igualdad humana se aprueban cualesquiera normas y sobre las más diversas materias: incompatibilidades, fijación de horarios rígidos, impuestos –cada vez mayores y más progresivos- igualdad de retribuciones… En ellas no se atiende a criterios de eficacia, responsabilidad, capacidad, conocimientos, méritos, iniciativa o habilidad: sólo importa la igualdad. La igualdad humana es el salvoconducto que todo lo permite hacer; es el fin al que se subordinan todos los medios.

Recientemente, Luis Moure Mariño ha publicado un excelente libro sobre la igualdad humana que paradójicamente lleva por título “La desigualdad humana”. Y tal vez por ser un libro “desigual” y no sumarse al coro general, no ha tenido en lo que ahora llaman “medios intelectuales” el eco que merece. Creo que estamos ante uno de los libros más importantes que se han escrito en España en los últimos años. Constituye una prueba irrefutable de la falsedad de la afirmación de que todos los hombres son iguales, de las doctrinas basadas en la misma y por ende de las normas que son consecuencia de ellas.

Ya en épocas remotas –existen en este sentido textos del siglo VI antes de Jesucristo- se afirmaba como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía intuitivamente –era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe”, superaban a los demás- han sido confirmados más adelante por la ciencia: desde que Mendel formulara sus famosas “Leyes” nadie pone ya en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual, no sólo desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación. Cuando en la fecundación se funde el espermatozoide masculino y el óvulo femenino, cada uno de ellos aporta al huevo fecundado –punto de arranque de un nuevo ser humano- sus veinticuatro cromosomas que posteriormente, cuando se producen las biparticiones celulares, se dividen en forma matemática de suerte que las células hijas reciben exactamente los mismos cromosomas que tenía la madre: por cada par de cromosomas contenido en las células del cuerpo, uno solo pasará a la célula generatriz, el paterno o el materno, de ahí el mayor o menor parecido del hijo al padre o a la madre. El hombre, después, en cierta manera nace predestinado para lo que habrá de ser. La desigualdad natural del hombre viene escrita en el código genético, en donde se halla la raíz de todas las desigualdades humanas: en él se nos han transmitido todas nuestras condiciones, desde las físicas: salud, color de los ojos, pelo, corpulencia…hasta las llamadas psíquicas, como la inteligencia, predisposición para el arte, el estudio o los negocios. Y buena prueba de esa desigualdad originaria es que salvo el supuesto excepcional de los gemelos univitelinos, nunca ha habido dos personas iguales, ni siquiera dos seres que tuviesen la misma figura o la misma voz.

Esta búsqueda de la desigualdad, tiene múltiples manifestaciones: en la afirmación de la propia personalidad, en la forma de vestir, en el ansia de ganar –es ciertamente revelador en este sentido la referencia que Moure Mariño al afán del hombre por vencer en una Olimpiada, por batir marcas, récords…-, en la lucha por el poder, en la disputa por la obtención de premios, honores, condecoraciones, títulos nobiliarios desprovistos de cualquier contrapartida económica…Todo ello constituye demostración matemática de que el hombre no se conforma con su realidad, de que aspira a más, de que busca un mayor bienestar y además un mejor bien ser, de que, en definitiva, lucha por desigualarse.

Por eso, todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de riquezas –porque como con tanta razón apunta Moure Mariño, la de inteligencia, carácter o la física no se pueden “Decretar” y establecen para ello normas como las más arriba citadas, cuya filosofía última, aunque se les quiera dar otro revestimento, es la de la imposición de la igualdad, son radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre, a su ser peculiar, a su afán de superación y progreso y por ello, aunque se llamen asimismos “modelos progresistas” constituyen un claro atentado al progreso, porque contrarían y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es el que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos, que la imposición de esa igualdad relajaría a cotas mínimas al privar a los más hábiles, a los más capaces, a los más emprendedores…de esa iniciativa más provechosa para todos que la igualdad en la miseria, que es la única que hasta la fecha de hoy han logrado imponer.



El asunto de la "raza" inquietaba a Rajoy, por eso en 1984 escribió otro artículo (sobre un libro del ministro de Franco, Gonzalo Fernández de la Mora) que, entre otras cosas, decía:

Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político ("no hay sociedad sin jerarquía"), tampoco la de la autoridad (¿sería posible equiparar la autoridad de todos los miembros de un mismo gremio, por ejemplo, de todos los pintores o los cirujanos?), o la de la actividad (es difícil imaginar un ejército en el que todos fueran generales; o una universidad en la que todos fueran rectores), o la del premio, o la de oportunidades (las circunstancias, temporales, geográficas y familiares colocan inevitablemente a los individuos en situaciones más o menos favorables, nadie tiene la misma oportunidad mental, ni histórica, ni nacional: no es igual nacer en EE.UU. que en U.R.S.S.); ni siquiera la económica: "allí donde se ha implantado una cierta igualdad pecuniaria –mediante la nacionalización de los medios de producción, la abolición de la herencia, la supresión de las rentas del capital y la equiparación de casi todos los salarios- se han radicalizado las inevitables desigualdades de poder, creadores de desigualdades económicas quizá no monetarias, pero espectaculares."


En fin... para Rajoy cuanto más desigual es una sociedad, más coherente es con la identidad humana.

6 comentarios:

  1. Anónimo6:42 p. m.

    OSOVAN

    Rajoy, ese tipo que escribió un artículo que no se hubiesen atrevido a escribir ni en el tercer Reich. Pero ahí no termina la cosa: Nadie se pregunta cómo un tipo tan limitado intelectualmente consiguió ser el ganador de las oposiciones a registrador de la propiedad (reconocida como la más difícil junto a la de juez) más precoz de la historia? Por cierto, su propio hermano ostenta casualmente el segundo record estatal. Aquí dejo un artículo más que interesante. Si lo tienes a bien, Jordi, da para otro post tan o más contundente, que ya es decir. Es interesante que se sepa en manos de quién estamos.

    http://www.rafapal.com/?p=20342

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  2. Tampoco tenemos que machacar mucho a Rajoy, que es el presidente que quiero para estas elecciones. Que al final va a perder, y va a ganar Rivera, y eso si que no. Para que gane un facha, por lo menos que gane el más tonto de los dos.

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  3. Anónimo8:54 p. m.

    OSOVAN

    Tienes razón, ART, pero realmente da igual. La baja cultura y la mala leche que tanto abunda en España es tan amplia que votarán a Rajoy henchidos de odio hacia cualquier progreso social serio y como es un país de curas con o sin sotana no querrán creer otra cosa que la que les ordenen sus adláteres.
    Desde luego es preferible para nuestros intereses que gane el chuches y sus hidalgos casposos que no el coletari, sinuoso vendedor de humo dispuesto a colárnosla doblada a los catalanes con sus cantos de sirena. Con el clenchas sucede lo mismo, un amplio espectro de la población necesita verle como un ser Inmaculado y no el liante faccioso que tiene la misión expresa de joder a todos los trabajadores, que es lo que es realmente. Con la diferencia que el clenchas es más peligroso, porque el chuches al menos es y parece tonto, mientras que el segundo parece decente cuando en realidad es monstruoso.

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  4. Menos mal que la CUP pide poco, por solo prestar DOS diputados.

    Las 50 demandas de la CUP, una a una

    http://www.mon.cat/cat/notices/2015/12/les_50_demandes_de_la_cup_una_a_una_155028.php

    No se si se creen lo que piden, o solo es por tocar los cojones. Muchas cosas que piden las firmaría cualquiera, el problema es que no ha explicado como se puede hacer eso con el presupuesto que tenemos. Parece que no se dan cuenta que todas las cosas cuestan dinero, y no veo yo a los antisistemas creando muchas empresas (con su dinero), y creando puestos de trabajo para que las empresas y los trabajadores paguen impuestos para poder pagar lo que quieren hacer.

    Una vez se haga todo eso que quieren que se haga para prestar solo 2 diputados, me gustaría saber que pedirán para prestar los 10 diputados para hacer otra cosa. Por ejemplo para hacer una DUI. Hay no, que no están de acuerdo en hacer una DUI.

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  5. Minoria Sorollosa1:19 a. m.


    Tranquilo, ART...Rajoy ganará. No olvides que son españoles.

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  6. Rajoy es incapaz de escribir ni reescribir ninguna tesis de nada.

    Un dia harán una película de este personaje: Con tan poco y hasta donde llegó. Es impresionante.

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