ESTO SE HUNDE: la precariedad laboral hace que el agujero en la Seguridad Social sea mayor.

Muy pronto veremos como esos pensionistas que llegaron a Catalunya como emigrantes se quejarán de que les recortan las pensiones.
De repente empezarán a ladrar: me han "engañao", que yo voté al Albert porque dijo que sería la Cataluña independiente la que no podría pagar las pensiones...

Pero, es lo que hay, votaron a favor del odio hacia Catalunya, así nos agradecieron que los convirtiéramos en personas dignas y que nos dejáramos diluir. Y como dicen en Alemania: lo que envías, volverá...

El problema es mucho más gordo de lo que parece, en cuestión de días, gente que conozco (representante de muebles, copropietario de un bar y diseñador gráfico) se han dado de baja como autónomos. No pueden más. A partir de ahora todo en negro...
Y con este panorama nos enteramos:

Una sociedad en la que trabajadores cualificados de 53 años cobrarán por no hacer nada...
Y si Telefónica considera que es mejor que se queden en casa quiere decir que no cubrirán sus plazas o que todavía serán más precarias...

LA NOTICIA:


En la colección de datos que demuestran que el incremento del empleo en España se está haciendo gracias a empleos precarios, bajos sueldos y contratos a tiempo parcial se añade otra. El crecimiento de los ingresos de la Seguridad Social cada vez se distancia más del aumento del número de afiliados al sistema, lo que, traducido, significa que cada persona que consigue trabajo aporta menos en la caja con la que se pagan las pensiones y las prestaciones de desempleo, porque cobra menos.

 En septiembre los ingresos de la Seguridad Social, excluyendo las mutuas, aumentaron en España un 0,73% en términos interanuales, mientras que la afiliación subió más de un 3%. El proceso de precarización del mercado de trabajo español se está saldando con una Seguridad Social debilitada, que necesita que se incorporen al sistema muchos más trabajadores para conseguir recaudar lo mismo. 

De hecho, mientras que el número de afiliados se situó en septiembre en 17 millones de personas, muy cerca de los que había hace cuatro años, los ingresos totales del sistema aún estaban muy lejos de la cifra que había en 2011. 

En concreto, los derechos reconocidos (dinero para cobrar y cobrados) ascendieron a 67.879 millones de euros en el noveno mes de este año, mientras que hace cuatro eran de 70.543 millones. 

Así, las cifras de recaudación actuales del sistema todavía se parecen mucho más a las del 2013, el peor año de la crisis -cuando hasta septiembre se habían recaudado 67.094 millones-, que a las de los años anteriores, aunque el número de ocupados es ahora superior en más de 800.000 personas.

Comparativa de otros años hasta septiembre.
Faltando un trimestre lo normal es que lleguemos a un desfase de previsión del 4% del PIB...

Si se amplía el foco se observa cómo, al principio de la crisis, cuando el número de afiliados caía, lo hacía por encima de la recaudación. Esto es así porque se expulsó del mercado los menos cualificados y, por tanto, con sueldos y cotizaciones más bajas. Ahora se ha girado la tortilla, pero con más virulencia, porque la distancia entre nuevos ocupados e ingresos es aún mayor, lo que indica que entran en el mercado trabajadores aún peor pagados.

El hecho de que los ingresos no remonten con vigor dificulta que la Seguridad Social pueda ser autosuficiente. Durante la legislatura de Mariano Rajoy el Gobierno se ha visto obligado a tirar del Fondo de Reserva para pagar las pensiones. Ha dispuesto desde 2012 de 43.000 millones de euros de esta hucha, más de la mitad del dinero de un fondo que se previó para suplir las necesidades del sistema a partir de 2020, y que ha tenido que entrar en acción ocho años antes de lo previsto.

Rajoy confiaba en que la disminución del desempleo y el aumento del número de ocupados incrementaran la recaudación de la Seguridad Social de forma muy notable, para evitar seguir usándolo. Pero sus previsiones quedan muy lejos de cumplirse. En los presupuestos de 2015 pronosticó que los ingresos de la Seguridad Social crecerían un 6,8%, a años luz de la realidad, con este crecimiento del 0,7%, diez veces inferior -¡linces!!!-

Pero la precariedad no es el único problema de ingresos que tiene el sistema. También influyen los descuentos en las cotizaciones, que lo debilitan. En concreto, estos descuentos, con mecanismos como la tarifa plana, orientados según el ejecutivo a estimular la contratación, han restado casi 758 millones de ingresos hasta ahora este año. Además, la baja inflación está haciendo que los salarios de los que ya están trabajando no crezcan, o lo hagan muy poco, lo que también queda nuevos ingresos al sistema.