¿Alguien quiere formar parte de esa basura y ruina económica...?
Vamos a ver, para que lo entienda hasta yo. Un expresidente del paraíso fiscal de Luxemburgo manda en la UE. Cuando era presidente de ese ducado, ofreció a multinacionales que pagaban sus impuestos en países de la UE (entre ellos España y Catalunya) que dejaran de hacerlo para trasladar sus sedes fiscales en Luxemburgo (como ebay).
Esta rata de cloaca humana hacía todo esto mientras obligaba a los países de la UE a hacer recortes infrahumanos.
Claro, éticamente es asqueroso pero es legal...
Sí, ustedes se preguntarán cómo puede ser que dentro de la misma UE haya fiscalidad a la carta. Pues yo también me lo pregunto y demuestra lo inútil que es la UE. ¡Joder, que hasta dos desarrapados como Nart y Girauta son eurodiputados...!
¡Fuera el Juncker, que me pongan a mí de presi...! |
La alegría le ha durado muy poco al recién estrenado presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean Claude Juncker. Seis días después de asumir el cargo, un bochornoso escándalo, bautizado ya como LuxLeaks, pone al conservador en el centro de todas las críticas y amenaza con dilapidar su imagen y autoridad.
Según revela una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), el Gobierno luxemburgués ofreció bajo la batuta de Juncker un sistema fiscal secreto a la carta a 340 multinacionales (desde Pepsi y Appel hasta Ikea, entre otras muchas) que dejaron de pagar miles de millones de impuestos en otros países europeos atraídos por las ridículas tasas que ofrecía el Gran Ducado entre el 2002 y el 2010. Juncker era entonces el primer ministro.
El panorama es más grotesco si se tiene en cuenta que en plena crisis, al presidente del Ejecutivo comunitario no le tembló el pulso a la hora de exigir a sus socios de la Unión Europea que acometiesen profundos recortes para sostener las arcas públicas, diezmadas por la evasión fiscal a la que inducía su país. Tampoco ha dudado en plantar cara más recientemente a París y Roma por pedir flexibilidad y tiempo para acometer ajustes.
Al más puro estilo de Groucho Marx, Juncker se presentó a las elecciones europeas del pasado mayo con el lema en la frente de «Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros», erigiéndose como abanderado de la lucha contra la evasión fiscal, una ironía o broma de mal gusto para muchos en Bruselas que critican abiertamente su doble moral.
La legalidad o ilegalidad de estas prácticas no excluye su falta de ética. Las promesas de luchar contra la evasión fiscal, una de las insignias de la nueva Comisión, ayer se convirtieron en papel mojado. ¿Tiene autoridad Juncker para pedir a España, Francia o Italia que recorten el gasto y aumenten los impuestos a sus ciudadanos mientras permitió que las grandes empresas eludiesen sus obligaciones fiscales? Es la pregunta que se hacen todos. Un Ejecutivo empañado por un escándalo de esta magnitud a duras penas podrá poner orden en los próximos cinco años. Su credibilidad está en entredicho.
Quiero las empresas del IBEX35 en Luxemburgo ¿A cambio de qué? De nada, aunque puedo decir que Catalunya será expulsada de la UE... |
Hace unos años pensaba que la UE era otra cosa, que los países serios no permitirían mamoneos varios.
ResponderEliminarCada año se demuestra que es un proyecto con grandes posibilidades, pero también podrido.
La tan criticada Comisión es el único órgano que se salva cuando toma muchas decisiones sin mancha política, ceñiéndose a cuestiones técnicas.
El global es una basura.
O se reforma, o cualquier día cae.