¿El gobierno español puede intervenir la Generalitat de Catalunya?

¿Qué pasaría si disolvieran o intervinieran la Generalitat de Catalunya?

¿España, podría disolverla? 
¿Podría nombrar un presidente títere, no elegido por los ciudadanos?
¿Y este presidente podría desempeñar su trabajo?
¿El presidente de la Generalitat aceptaría ser sustituido a la fuerza ?

¿Y cómo reaccionarían los ayuntamientos y los ciudadanos?
¿Y los mossos de esquadra?

En los últimos meses, y de manera sistemática, siempre aparecen rumores y opiniones sobre la posibilidad de una intervención de la Generalitat por parte del gobierno español, se oyen muchas voces en las terturlias y periódicos del lobby anticatalán de Madrid que se refieren a la disolución de la autonomía catalana .
¿Pero es posible?

Las autonomías y nacionalidades forma parte del marco jurídico español. El derecho de las autonomías es consagrado en el artículo 2 de la constitución y los estatutos autonómicos forman parte del marco constitucional. Tienen la constitución por encima, pero no son simples leyes como las demás.

El gobierno español ha insinuado dos posibles vías de intervención. La más habitual y predilecta por los políticos españoles es la del artículo 155, pero también podría aplicarse el famoso, polémico y favorito por los fachas, artículo 8.

El artículo 155 dice: Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España , el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de que no la atendiera, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general .

2 . Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las comunidades autónomas.

Y el artículo 8 dice : Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional . 

¿Tendría valor jurídico una suspensión de la autonomía ?

Es difícil saber. La justicia española tiene fuertes lazos con el poder político y, por tanto, es probable que validara la actuación del gobierno . Pero, aun así, el argumento jurídico sería muy débil . El artículo 155 habla de cumplimiento forzoso por parte de las autoridades autonómicas y dice que el gobierno español daría instrucciones a todas las autoridades de las comunidades autónomas. Lo que descarta, obviamente, de sustituirlas o de disolver las instituciones. Esta medida sólo se podría aplicar a partir de una interpretación muy abusiva, y por tanto muy discutible, de la constitución .

En cuanto al artículo 8, la actuación del ejército es evidente que significaría un trastorno enorme a escala europea, imposible de aceptar por la Unión. De hecho, los tribunales europeos, que como se pudo ver en el caso del edificio de la PAH en Salt, pueden interpretar las leyes españolas y paralizar decisiones. Podrían intervenir también en caso de suspensión o disolución de la autonomía . Habría que, sin embargo, pedirlo.

¿Disolución o sustitución?

El vacío legal suscita la duda respecto de las consecuencias de una intervención del estado sobre la autonomía . Sólo hay dos posibilidades plausibles :

- La sustitución del presidente de la Generalitat por un presidente elegido desde Madrid y que no haya pasado por las urnas...

- La disolución completa y la liquidación de la institución.

La liquidación parece muy difícil (el pueblo catalán no o permitiría). Dejando de lado los debates institucionales -porque paralizaría completamente la vida cotidiana en el Principado -, la Generalitat tiene el papel clave de la ordenación y prestación de la mayoría de los servicios que reciben los ciudadanos. Disolverla implicaría encontrarse con dificultades operativas muy grandes. Los maestros, por ejemplo, son funcionarios de la Generalitat . Y los médicos, del Servei Català de la Salut. ¿Pasarían automáticamente a ser funcionarios del estado? ¿Cómo controlaría esas plantillas el estado? ¿Qué cadena de mando y decisiones improvisaría?

Jurídicamente, además, la disolución de la institución implicaría graves problemas también. Las autonomías y nacionalidades son Estado, junto con las instituciones centrales y las municipales. Y todos los territorios tienen autonomía. La constitución no prevé un territorio sin autonomía. Muy al contrario, pues el artículo 2  reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas.

Sustituir al Presidente por un presidente títere, la opción más probable.

La salida más probable, pues, sería sustituir al presidente de la Generalitat y los altos cargos por personas escogidas directamente desde Madrid. Sería un hecho evidentemente grave y también llevaría dificultades importantes, pero no tanto como la solución anterior. Aunque no sé si los catalanes aceptarían a un "Josep Piqué" como presidente...

El dolor de cabeza más grande sería encontrar un político o una personalidad pública , un banquero famoso o un empresario de prestigio, que se aviniera a sustituir, amparado por la fuerza del estado, el presidente de la Generalitat. No es difícil imaginar que las consecuencias personales para él y para la empresa o asociación que representara serían muy graves. Y eso contando aún con la posibilidad de que su nombramiento fuera efectivo. Porque la segunda parte de la ecuación es la reacción de la Generalitat en un decreto de disolución. Y seguramente no lo haría fácil. Posiblemente habría que sustituir todos los cargos de la Generalitat...

La insubordinación institucional.

El hecho más sorprendente de las opiniones que llegan desde Madrid es que consideran cosa hecha que un decreto de intervención de la Generalitat sería respetado sumisamente por Catalunya . Y aquí la pregunta es muy simple : ¿qué pasaría si no fuera así?

Imaginemos la situación. El gobierno español decreta la intervención de la Generalitat, pero el presidente se niega a abandonar el Palacio y reafirma solemnemente su autoridad. Los diputados siguen reunidos en el parlamento (menso los del PP, C's y algunos del PSC). Y los mozos patrullan las calles . Y los maestros en las escuelas. Y...
¿Aceptaría Girona el mandato de esa Generalitat títere...?

Imaginemos que inmediatamente después reaccionan los ayuntamientos, las diputaciones, las universidades, las asociaciones de todo tipo, empresas, clubes, etc... Que aprueban mociones proclamando solemnemente que sólo reconocen la autoridad del gobierno y el parlamento legítimos y que rechazan la intervención española.

¿De qué valdría. en estas condiciones, un decreto firmado en Madrid nombrando un presidente diferente y desautorizando el presidente elegido? El precedente de Italia, que invocan algunos políticos españoles, donde la Unión Europea impuso un presidente no votado, es claramente diferente: allí los partidos políticos aceptaron. Pero no parece que la mayoría del Parlamento de Catalunya hoy esté dispuesto a aceptar una propuesta de este estilo .

El choque de trenes.

Con ello iríamos, pues, de cabeza al choque de trenes. Dos legitimidades enfrentadas. La Generalitat podría invocar la constitución española y el gobierno español también. Tendríamos un presidente con el apoyo de la sociedad, con la legitimidad democrática de haber sido votado y con una posible interpretación de la constitución a favor y otro presidente abonado por el gobierno español y con una legitimidad que harían apoyar sobre otra interpretación de la misma constitución .

¿Cómo se podría resolver la cuestión ?

El choque de trenes presentado así tendría tres componentes ineludibles, que decidirían cuál de las dos legitimidades acabaría imponiendo en un plazo que todo hace pensar que sería más bien corto:

-La reacción popular.

- Las finanzas de las instituciones catalanas.

-La reacción de la comunidad internacional .

En la era de la información global y de las imágenes instantáneas, el comportamiento de la ciudadanía tendría una gran importancia (dos millones de personas a la calle gritando libertad). Un conflicto de estas dimensiones haría aterrizar en Barcelona una parte sustancial de los medios de comunicación globales y lo que se viera en la calle daría la vuelta al mundo. Desde manifestaciones a barricadas, el abanico de posibles situaciones es casi infinito...

Las finanzas son un aspecto clave. La Generalitat deberá resistir al menos unas cuantas horas y seguramente unos cuantos días. Es evidente que la primera maniobra que hará el gobierno español, tal como hace ya ahora, será el ahogo económico. Cómo conseguir el dinero para resistir es la principal cuestión por resolver. Que la agencia catalana recaudara los impuestos sería la mejor vía: simplemente no enviando el dinero a Madrid la cuestión quedaría resuelta. Pero esto parece que no llegará a ser realidad en el período de tiempo necesario.

Así pues, la única solución, y definitiva , va vinculada con el tercer componente: el reconocimiento internacional. Si hay reconocimiento internacional, no unánime pero sí por parte de varios países, no será nada difícil de vender deuda y financiarse en el mercado internacional. ¿Pero esto ocurrirá?

Para que se produzca la reacción internacional se deben cumplir dos condiciones. Primera, que el gobierno catalán la pida y segunda, que se proclame la independencia, pues de otro modo el conflicto no dejaría de ser un asunto interior entre dos administraciones españolas, tan grave como se quiera pero un asunto interior en definitiva. Es curioso pero sería mucho más fácil responder al ataque español con uan declaración unilateral de independencia, de repente, no seríamos una región que pide ayuda, seríamos un país nuevo que pide ayuda, un país sin reconocimiento en el minuto pero que uy probable que en horas fuéramos reconocidos por los firmantes del CONVENCIÓN DE MONTEVIDEO.

Así pues, la intervención española sobre la Generalitat podría acabar siendo, la fuerza, el disparador de la proclamación unilateral de independencia. Un efecto seguramente no deseado pero a la vez difícil de evitar si se desencadena la sucesión previsible de hechos. Por ello, los contrarios a la intervención sobre la Generalitat advierten en Madrid que se piense mucho antes de dar el paso, porque si lo hace entonces no habrá marcha atrás ni para unos ni para otros.

FINALIZANDO, creo que Madrid confía en que el proceso se vaya desinflando, piensan que decir que salimos de la recesión hará bajar el número de independentistas. Ellos también creen que el miedo y el insulto es eficaz, la prueba está que, salvo este blog, no ha aparecido ningún medio que refute sus mentiras e insultos con el mismo tono que ellos.
Sí, ellos creen que los catalanes preferiremos quedarnos en España pero sin que nos insulten, eso sí, chistes malos sobre lo tacaños que somos los catalanes igualmente... Y el expolio como siempre.

Y otra baza que tienen ellos, y que es muy poderosa, es la de los políticos catalanes, cada partido tiene una idea propia sobre la independencia de Catalunya, incluso hay 3 vías.

DE MOMENTO, LES ESTÁ SALIENDO BIEN, EL GOBIERNO CATALÁN TODAVÍA NO HA CUMPLIDO CON EL MANDATO DE LAS URNAS. GANARON LOS PARTIDARIOS POR EL DERECHO A DECIDIR...
Y TODAVÍA ESTAMOS ESPERANDO.

(ESTE ARTÍCULO SE HA ESCRITO BASÁNDOSE EN REFLEXIONES APARECIDAS EN VILAWEB)