La España de los nuevos ricos ha quebrado y el mundo se ha enterado. La relativa buena fama ganada hace una década con milagros económicos como convertir España en el segundo país con más trenes de alta velocidad (aunque circulen vacíos) se derrumba. Cuando hace un año el gobierno de Mariano Rajoy creó la Marca España, era consciente de que la imagen internacional del país era desastrosa y había que creae un revulsivo. El alto comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, era el hombre encargado de reparar el desgaste en el exterior. Pero la misión se está revelando excesivamente ingente. La crisis, la corrupción, los insultos, la destrucción cultural, falta de aliados, el debate soberanista y un liderazgo en la Moncloa en entredicho han agrietado, a ojos foráneos, la Piel de Toro.
Estados Unidos
Los estadounidenses ven la economía española picada.
En Estados Unidos se identifica España con los clichés de las corridas de toros, el flamenco, el sol y playa o la siesta. Pero desde 2008 también se la relaciona con una economía quebrada y un paro desbocado. La crisis tiene un impacto negativo considerable. Los medios estadounidenses se han hecho eco de las estrecheces económicas de España, el descrédito de la monarquía (con episodios como la cacería del rey en Botswana y los dolores de cabeza de Iñaki Urdangarin y la infanta con la justicia) y las reivindicaciones independentistas catalanas, que han roto la imagen española de nación monolítica.
La corrupción política es otra de las sangrías. El caso Bárcenas ha arruinado la reputación de Rajoy e incluso diarios de prestigio como el New York Times hablan de falta de liderazgo. A pesar de los esfuerzos para relativizar los daños en la imagen de España provocados por la crisis y las investigaciones judiciales, de Rajoy emana la sensación de que está contra las cuerdas. Bien ilustrativa fue la anécdota de su visita a la redacción del Wall Street Journal el año pasado, donde, mientras pregonaba la solidez del Estado, por los monitores de televisión en la redacción los informativos locales iban suministrando imágenes de una carga policial contra manifestantes antigubernamentales en los alrededores del Congreso de Diputados.
Bruselas
Un costumbrismo relleno de tópicos entre bandejas de jamón
En la capital comunitaria tampoco cala el mensaje. La presentación en Bruselas de la Marca España, a principios de junio, simbolizó el poco o nulo interés que el proyecto despierta fuera del Estado. Entre los cerca de 500 asistentes al acto, los extranjeros se podían contar con los dedos de una sola mano. La mayoría eran eurodiputados españoles y asesores. Ni prensa extranjera ni diplomáticos de otros países. Solo acudieron el comisario de Industria, Antonio Tajani, y uno de los vicepresidentes de la Eurocámara, Rainer Wieland.
Fue un acto lleno de tópicos (con espectáculo de flamenco incluido) en el que los discursos giraron, paradójicamente, en torno a la necesidad de deshacer los estereotipos españoles. Y aún otra contradicción: mientras que en los discursos de los políticos españoles y los responsables de la Marca España no se hizo ninguna mención a la diversidad del Estado, los vídeos para promocionar la Piel de Toro utilizaban los potenciales turísticos de Catalunyaa, como Barcelona, las playas, el Barça y Gaudí. El acto terminó con bandejas de jamón ibérico y vino para los asistentes que habían aguantado hasta el final los discursos recargados de obviedades en que quedaba claro que no hay nada mejor que España. Aunque lidere las estadísticas europeas de paro y los bancos hayan necesitado dinero europeo para no quebrar.
Alemania
Berlín cree que Madrid no limpiara su imagen con la campaña Marca España.
Los nuevos escándalos de corrupción que afectan al PP, sumados a la crisis económica que sacude el Estado, han hecho estériles los esfuerzos de la Marca España. Esta denominación, curiosamente, ha aflorado en los últimos días en la prensa alemana tras la destitución del número dos del proyecto, Juan Carlos Gafo, por haber insultado a los catalanes en Twitter. Medios de amplia difusión como Stern, Bild y Focus se cebaron.
El trabajo realizado hasta ahora por la Marca España ha encontrado poco eco en la prensa germana, y cuando ha encontrado ha sido para destacar hasta qué punto está dañada la reputación del país. Con esta idea tituló un artículo el Frankfurter Allgemeine Zeitung esta primavera. El prestigioso diario destacaba entonces la citación judicial de la infanta Cristina: "La casa real española se mete cada vez más profundamente en el pantano de la crisis. Las instituciones políticas del país están desacreditadas. Una campaña de imagen debería ayudar, pero no se sale ". El semanario Der Spiegel ha detectado también la debilidad de Rajoy por el caso de los supuestos sobresueldos en negro al PP y, en su última edición, ya le encuentra sucesor: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
América Latina
España, el 'conquistador' devorado por el paro y la corrupción
La relación privilegiada de España con América Latina se empequeñece desde hace una década. La crisis ha recortado las aportaciones económicas españolas en un continente en crecimiento donde Brasil ha comido el vacío que ha dejado una España en recesión, marginada del centro de gravedad de las cumbres de los nuevos líderes iberoamericanos. La crisis económica y el paro son los dos grandes temas que la prensa brasileña asocia ahora a la palabra España. Nada que ver con la imagen de conquistadores de hace 15 años, cuando los grandes conglomerados españoles, encabezados por Telefónica, lideraron, por delante de los EE.UU., la inversión extranjera en el proceso de compra de empresas privatizadas en Brasil.
En febrero el presidente chileno, Sebastián Piñera, recibía Rajoy con un: "Bienvenido al hemisferio sur, bienvenido a un mundo mejor".
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