El presidente de Reino Unido, junto con el de Escocia, firmó un pacto por el referéndum. De manera educada y pacífica, el inglés Cameron, dijo que estaba en contra y que haría campaña para que Escocia no se independizara. Intentaría hacer atractiva su permanencia dentro de la Gran Bretaña. Ningún militar inglés discutió el proceso...
En España, primero fueron los políticos los que condenaron el derecho a decidir. Vociferaron que Catalunya no estaría en la UE, que fuera del dominio español sólo había la nada, que si el artículo tal de la constitución, que si el principado no podría pagar las pensiones. Incluso, llegaron a decir, que los títulos universitarios no servirían...
Luego vino la prensa, con una brutal, terrorista y genocida campaña contra los catalanes.
Y ahora los militares, ese grupo de cabos chusqueros y mercenarios. Muy chulos esa pandilla de soldaditos del gobierno español, país que tiene que aguantar como cualquier república bananera le nacionaliza los intereses de sus empresas. Un gobierno que no garantiza las inversiones de los súbditos españoles (no se lo hacen a los infleses o franceses...). Un estado sin respeto internacional. Y mucho cuidado con declararle la guerra a Bolivia, la mitad del ejército español son mesnaderos latinoamericanos...
Pues bien, esa chusma castrense sólo se atreve a amenazar Catalunya, en el ejército español nunca ha entrado la democracia, la transición perdonó a todas las fuerza del estado que, durante el franquismo, robaron, violaron, reprimieron, torturaron y asesinaron. Nadie les juzgó y cuando alguien lo intentó, como Garzón, lo inhabilitaron.
Pues bien, esa panda de franquistas furiosos ha vuelto a escribir una nota amenazando al pueblo catalán.
EL EXABRUPTO:
NOTA DE LA ASOCIACIÓN DE MILITARES ESPAÑOLES (AME)
Corre
un vídeo por las redes sociales en el que muestra a la más alta
autoridad militar en Cataluña, Teniente General Don José Manuel Muñoz,
que es insultado e increpado por los catalanes separatistas a su salida
de la toma de posesión del presidente de la Generalidad, Arturo Mas.
No es intención de la Asociación de Militares Españoles actuar de manera continuada representando el papel de conciencia ni acusador permanente del Ministerio de Defensa, pero sí usa
la situación que la Constitución Española le concede, la Sentencia del
Tribunal Constitucional 219/2001, de amparo a AME, y la distinción que
ese mismo Departamento ha tenido a bien otorgarle gracias a la
promulgación de la Ley Orgánica de derechos y deberes de los miembros de
la Fuerzas Armadas -circunstancia que le permite obrar con absoluta
libertad e independencia dentro del ámbito militar- para expresar su
opinión en cada momento que estime ocurre una amenaza para nuestra
Patria, opinión que, sabido sobradamente es, coincide y comparte con una
afortunadamente inmensa mayoría de militares en activo.
Esta situación de libertad e independencia la lleva a elevar su reiterada, amarga pero firme queja contra
lo que parece extraordinariamente una peligrosísima, inadmisible,
intolerable y total dejación por parte de los poderes públicos
correspondientes en relación con los hechos que se vienen produciendo
tanto en la región de Cataluña como en la de las Provincias Vascongadas,
siendo los más graves, precisamente, aquellos habidos con ocasión del
mensaje de Navidad de S. M. el Rey este año que coinciden con las
declarada y manifiestas intenciones de separatismo por parte del
gobierno de la Generalidad y que han tenido como remate las ofensas a
los representantes de las Fuerzas Armadas a su salida del Palacio de San
Jaime en Barcelona.
La Asociación de Militares Españoles considera estos hechos la frontera última de lo que no se puede traspasar
y que pudiera terminar en un conflicto civil entre españoles que
resultara en la desintegración de España, dando lugar a una situación
que deviniera, de modo lamentable pero necesariamente irreversible, en
el cumplimiento de la misión que la Constitución Española, basada en la
soberanía nacional -que reside en el pueblo español y no en el
Parlamento Nacional, no se olvide-, asigna a los Ejércitos.
Igualmente,
confía en, y espera, que tanto el Gobierno como quien tiene la más alta
función constitucional para ello, adopten todas aquellas medidas que
sean precisas para que se imponga el imperio de la ley y se aplique
el rigor de la misma a cuantos, de una u otra manera, de palabra o de
obra, por comisión u omisión, actúen conscientemente fuera de la Carta
Magna -no obstante estar obligados a cumplirla y hacerla cumplir-
incitando con sus irresponsables conducta y manifestaciones a
enfrentamientos que nada tienen que ver con una convivencia pacífica
dentro de la que es y debe seguir siendo la única Nación de los españoles: ESPAÑA.
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