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lunes, octubre 15, 2012

Pedro Jota se acojona...

Aunque parezca mentira estas fueron sus palabras en la editorial del domingo de el periódico El Mundo.
Bajo el título «No tenéis otro remedio que reformar la Constitución»

"El jefe del Gobierno ha dicho que el proyecto independentista de Mas es «un torpedo en la línea de flotación del bienestar» y su ministro de Justicia ha llegado a alegar que la propia España sería incapaz de mantenerse en el euro si Cataluña la abandonara. O sea que va a ser que no. Sólo puede ser que no. Cualquier iniciativa soberanista que venga de los parlamentos catalán o vasco tendrá que ser rechazada por el Congreso con la misma contundencia que lo fue el plan Ibarretxe; y todos los medios legales -todos- deberán ser empleados si quienes acaban de tachar al ministro Wert de «preconstitucional» se declaran unilateralmente «postconstitucionales», como detalló anteayer Mas.

Pero es evidente que la democracia española no puede limitarse a decir una y otra vez que «no» sin cambiar las circunstancias que han hecho crecer el independentismo catalán y vasco, pues podría terminar ocurriendo que sucesivas elecciones elevaran la mayoría actual en pro de la autodeterminación hasta un 70% o un 80% que, consolidado en el tiempo, haría moralmente insostenible la aplicación de los preceptos legales.

Urge salir al encuentro del problema y no existe otro instrumento -si alguien lo conoce que lo diga- sino iniciar un proceso de reforma constitucional que sirva a la vez para reforzar los poderes del Estado, reducir el coste del modelo territorial y diferenciar a Cataluña, el País Vasco y Galicia del resto de las autonomías o regiones. Si el PP y el PSOE se ponen de acuerdo y la UE hace ver a los nacionalistas que fuera de los actuales Estados miembros no hay salvación, debería ser posible acometer una negociación seria y realista con partidos como CiU y PNV.

En esa negociación estarían sobre la mesa la financiación y las selecciones deportivas pero también la enseñanza en español y la lealtad institucional. Si la negociación fracasa seguiríamos como hasta ahora, sólo que más cargados de razón, y si tuviera éxito desembocaría en una España unida pero asimétrica, como lo es en realidad. Eso permitiría llevar a referéndum un proyecto de reforma constitucional que obtuviera un apoyo popular parecido al de 1978, zanjando durante varias generaciones la cuestión".

O sea, que ahora ya es bienvenido un pacto fiscal y las selecciones deportivas. Quizás un poco tarde ya, demasiado déficit y demasiado boicots en federaciones interancionales.

Pedro J. Ramírez está asustado, normal...




Pedro Jota sabe que la España residual sería África, ahora quiere un cambio constitucional, un sistema asimétrico para contentar sobre todo a catalanes. ¡Y todo el odio esparcido qué? Demasiado tarde. Por cierto, alguien debería decirle que se depile las orejas...


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