Urkullu, más morro que un travesti.

En materia de soberanía, Iñigo Urkullu ha defendido de nuevo la búsqueda de grandes consensos desde el convencimiento de que "queremos aspirar a más como país. Más Euskadi conlleva más bienestar", ha dicho.

Precisamente, en una entrevista que hoy publica EL MUNDO en su edición impresa, el presidente del PNV se distancia de los nacionalistas catalanes de CiU en materia de independencia. "Hay que saber en qué mundo vivimos", dice, para afirmar que "la secesión es una palabra demasiado grande", aunque su partido no renuncia a la independencia de Euskadi.

El líder nacionalista afirma además que no siquiera dará los pasos "hacia un referéndum independentista sin previamente haber trabajado el consenso".

Lo prioritario, afirma, debe ser la crisis económica.

O sea, normal que Urkullu no necesite la independencia, tienen concierto económico. Ellos se quedan todos los impuestos y el IRPF de todos los vascos, a cambio pagan una factura a España, proporcional a su PIB (ellos tienen los datos, por lo tanto, seguro que mienten) por los gastos de exteriores y ejército.

Lo único que quedaba es el IVA, pues bueno, el político facha del PNV se ha manifestado a favor de concertar tributos como el IVA. Modificaciones que el presidente del PNV considera esenciales para poder abordar una reforma «integral» de los sistemas fiscales de las haciendas forales. Para Urkullu, la caída de la recaudación a niveles de 2006 obliga a afrontar un análisis del papel que en la actualidad desempeña cada figura impositiva.

Claro que no necesitan la independencia, lo tendrán todo y además no perderán el mercado español.

Votar PNV es votar españolismo.