viernes, enero 10, 2014

¿Barcelona capital de España?


Interesante artículo en EL PAÍS...

Santiago Petschen:

Voy a tratar de exponer, desde una perspectiva muy española, mi posición frente a las dos preguntas que los deseosos de organizar un referéndum en Cataluña acaban de formular. Es el punto de vista que creo más genuinamente español porque aspira a que se mantenga la unidad de España, algo que no ayudarán a hacer, a palo seco, la prohibición y el castigo. La prohibición y el castigo sin contrapartida solo frenarán el deseo de secesión a la corta. A la larga, lo radicalizarán.

Varias veces, en artículos referidos a esta materia, desde uno que publiqué en la revista Política Exterior en 1988 hasta en el de EL PAÍS después de la Diada de 2013, me he referido a la conciencia catalana de ser “un Estado frustrado”. Una realidad nada abordada por los que están deseosos de solucionar la incomodidad catalana en su relación con el resto de España. Si es una realidad no debe ser ni tapada ni reprimida. Únicamente, conducida.

No es reprobable que, por ser ilegal e inconstitucional, el Gobierno impida el referéndum. Pero sí que es reprobable que, al hacerlo, lo haga sin legitimidad moral. La legitimidad moral, en fundamentales aspectos, es superior a la legitimidad política. Y más eficaz. La legitimidad moral solo puede darse si se ofrece a Cataluña algo con que sacie su conciencia de “Estado frustrado”. La construcción de un Estado federal no es suficiente. Hay que seguir los modelos europeos que establecen dos tipos de regiones. Así lo hacen Reino Unido e Italia. También, incluso, aunque mínimamente, Portugal. En España, Navarra y Euskadi tienen ya una dimensión de Estado. Desde el punto de vista económico, Euskadi y Navarra no tienen una relación federal con el resto de España, sino confederal. Es en el ámbito de ese tipo de regiones donde debe situarse a Cataluña. No con el concierto económico por la dimensión desequilibrante que introduciría, sino en otros aspectos.

Es así como habría que suscitar la responsabilidad de Cataluña. Cierta responsabilidad aparece en el enunciado de las dos preguntas. En ellas se contempla la posibilidad de ser Estado sin dejar de ser España. El Estado español en la relación compleja que tiene ahora con Cataluña no está solo. Cuenta con el fortísimo apoyo del derecho europeo que convertiría a la Cataluña desmembrada, en su relación con Europa, en un Estado paria. Con ese resguardo tan seguro, el Estado no tiene por qué tener miedo. Puede ofrecerle a Cataluña lo suficiente para que la gran mayoría de los catalanes sienta que Cataluña tiene más posibilidades de ser y de actuar dentro de España que fuera de ella.


Euskadi y Navarra son confederales con el resto de España. Cataluña debe situarse en ese tipo de ámbito

Así lo viven, en Euskadi, consciente o inconscientemente, la mayoría de los vascos. El silencio de Euskadi en estos momentos es una lección política magistral. A lo largo de la historia, la diferente posición que tuvieron las élites de Euskadi en relación con las que Cataluña tuvo con el centro, les originó unos bienes que para Cataluña fueron males. Los vascos sacaron tajada de su vinculación a Enrique de Trastámara; a Isabel la Católica; a Carlos I frente a los comuneros; a Felipe IV en las guerras de Secesión y a Felipe V en la de Sucesión. No les ocurrió igual a los catalanes. En estas dos últimas guerras lo que encontraron fue una durísima derrota de dolorosísimas consecuencias. Aunque en dichas posturas junto al poder hubo coincidencias —como dice Suárez-Zuloaga— existió también mucho acierto.

Hay todo un abanico de posibilidades que pueden ofrecérsele a Cataluña. Su problema se arreglaría total y definitivamente si se cambiara solo una palabra de la Constitución. ¿Tan sencillo es el arreglo? Sí; tan sencillo en la forma, pero complicado en el fondo, porque oculta una dimensión de poder. El problema catalán quedaría totalmente solucionado si se sustituyera en el artículo 5 de nuestra Carta Magna la palabra Madrid por la de Barcelona. ¿Se imagina el lector cuál sería el resultado del preceptivo referéndum en que se pidiera a los ciudadanos su voluntad soberana acerca de dicho cambio? Si la Barcelona catalana tuviera en España las simpatías que tiene el Bilbao euskaldún, tal vez podría acariciar el triunfo.

No hace falta, sin embargo, llegar a tanto. Basta un generoso cambio constitucional. Es más importante el cambio en lo que se refiere a Cataluña que el cambio para el paso de las demás regiones, de autónomas a federadas. Que no vuelva a ocurrir lo que ocurrió con la Constitución y sobre todo, con la práctica que a ella siguió. Que un problema que necesitaba una solución profunda quedó sin el tratamiento necesario mientras que se iba inventando un desmesurado montaje territorial que a nadie se le hubiera podido ocurrir antes de su implantación.
(fuente: EL PAÍS)


EN FIN...
Suerte tenemos que nadie escuchará la idea de Petschen...
Habría muchos que rebajarían su tono soberanista si Barcelona recibiera el senado, la bolsa y algún ministerio... Así como un tope en la solidaridad...


Lo bueno es que, por imagen y por marca, está claro que a España le iría mejor que la capital fuera Barcelona...

8 comentarios :

ART dijo...

Acepto la idea, pero solo si es total. Solo acepto, si me quedo con todo, y no una parte pequeña, para que Madrid se quede lo que importa, (El senado ¿vale para algo?). Va ser que no. Si soy la capital, quiero ser la misma capital que Madrid, y no un sucedáneo. Y entonces, hago una campaña contra la independencia. Y a Madrid, le doy lo que Madrid le da a Cataluña, ni mas, ni menos, y lo trataré igual, ni mas, ni menos. Y si piensa alguien que es una venganza contra Madrid, entonces es que reconoce, que ahora, Madrid está vengándose contra Cataluña.

Jordi Català dijo...

Tienes toda la razón del mundo.

Anónimo dijo...

Barcelona ha d'èsser no capital de Les Espanyes, cosa impossible, sino de la gran megarregió des de Tolosa de LLeguadoc passant per Narbona fins Murcia i fins Tarazona.

ART dijo...

Otro articulo muy interesante. pese a que tampoco viene muy a cuento (aunque un poco si). Viene de una página valenciana y "españolista", pero con dos dedos de frente. Se escribió justo después de la cadena humana. Pego solo el link porque el artículo es muy largo.

http://www.lapaginadefinitiva.com/2013/09/12/la-via-espanola/

Si todos los españolistas pensaran como Andrés Boix Palop, ni haria falta independizarse, pero el problema es que los españolistas en general, no tienen esos dos dedos de frente, ni los tendrán.

Joaquim Puig dijo...

Artículo buenísimo. Pongo el resumen.

Dice....El resumen es sencillo: los catalanes nos están haciendo un favor a los españoles con su hartazgo cívico, pues es una llamada de atención clarísima sobre las muchísimas cosas malas de nuestro país y lo mal que funciona, lo poco que es capaz de integrar. Y nos hacen un favor porque si les hiciéramos más caso y fuéramos capaces de hacer más atractivo nuestro país también para ellos esta España nuestra sería mucho mejor, sobre todo, para nosotros. A fin de cuentas, los catalanes no lo tienen tan mal como el resto: se pueden ir a poco que acaben acelerando un poco más (y, en ese caso, será su problema hacerlo mejor o peor pero, la verdad, no es muy difícil hacerlo algo mejor).

Joaquim Puig dijo...

Barcelona Capital de España ?

Dice la historia que la guerra de sucesión la perdió España - el Borbón renunció a todos nuestros territorios europeos mas Gibraltar y Menorca -, pero aquella guerra también la perdieron los españoles.

El siglo XVIII fue en España un siglo de apenas titubeantes pasitos ( acompañados de tremendos retrocesos del respeto a los derechos humanos, p.ej. las célebres pragmáticas sanciones de Felipe V condenando a los gitanos a la pena de muerte por ser gitanos y castigando el delito de hurto con la horca ), al paso que era un siglo de enormes avances en otros países; p.ej. en los estados de la Casa de Austria, donde se abolió la tortura y se impuso un principio de humanización del derecho penal, mientras que aquí la supuestamente ilustrada casa de Borbón mantuvo la tortura, la Inquisición y el sistema penal más inicuo, draconiano y arbitrario.

Han pasado 300 años del conflicto y es evidente que nosotros perdimos la guerra y los españoles se equivocaron. !! Pero lo peor es que siguen convencidos que ganaron ¡¡. Luego, ni hartos de vino debemos aceptar semejante honor a la capitalidad.

Jordi Català dijo...

El vídeo es una muestra de que, tal como ha anunciado THE ECONOMIST, en el 2014 hay "high risk" de revueltas en España.

El mínimo crecimiento no creará puestos de trabajo y hay gente con poca preparación que llevan 5 años sin poder trabajar... y para más inri, la seguridad social ha petado y los gobiernos están llenos de corruptos.

2014 caliente...

Jordi Català dijo...

Y sobre el 1714, dejar claro que fue una guerra de secesión también, más que nada porque si hubiéramos ganado no sé lo que seríamos actualmente, pero España NO.