lunes, julio 15, 2013

Oriol Junqueras responde a la entrevista de EL MUNDO.


Oriol Junqueras (Barcelona, 1969) es un líder izquierdista atípico. Católico practicante, estudió en las monjas hasta que fue seleccionado para cursar primaria y secundaria en el Liceo Italiano de Barcelona. Historiador dispuesto a cambiar la Historia, es también un líder independentista atípico: «En la república catalana, la cultura y los ciudadanos españoles tendrán la relevancia que merecen», anuncia Junqueras, que tilda de «irrelevante» que le consideren el president en la sombra o el próximo jefe del Govern. «Lo que cuenta es contar con una mayoría política para hacer lo que necesita el país: frenar la pobreza y solucionar la economía y los hospitales y escuelas», indica. «Y hay prisa por tener una fecha próxima y una pregunta clara para la consulta», añade.

Pregunta.– ¿Qué hay de los presupuestos de la Generalitat?
Respuesta.– Es imposible hacerlos sin saber qué ingresos hay. En Cataluña faltan 3.600 millones de euros, pero sobran subvenciones a diarios privados.

P.– La gente tiene prisa por salir de la crisis.
R.–Los gobiernos españoles toman decisiones económicas en base a criterios políticos, y no económicos. Por eso, gastan mucho en cosas que no sirven para nada: dinero ingente en trenes de alta velocidad y aeropuertos sin pasajeros, submarinos que luego no flotan, como leí en EL MUNDO, comprados por más de 1.500 millones de euros; es decir, más que el presupuesto anual de los hospitales de Bellvitge, Vall d’Hebron y Clínic juntos.

P.– ¿Cómo ve el caso Bárcenas?
R.– Es una sombra de sospecha que se extiende sobre todo el partido. Durante 20 años. En todo país normal, acarrearía la caída de todo el Gobierno. En España, no.

P.– ¿No se conjuga el verbo dimitir?
R.– Los ciudadanos no son lo suficientemente exigentes. Si lo fueran, y dejaran de votarlos, los propios partidos harían dimitir a sus políticos bajo sospecha.

P.– ¿Los ciudadanos son cómplices?
R.– Deben utilizar la democracia para cambiar lo que no les gusta. Es evidente que tienen un poder muy importante: su voto, que vale igual que el de un banquero o un ministro.

P.– ¿Qué necesita el país?
R.–Lo que propone Esquerra es bueno para toda España. Rebajar el IVA es bueno para toda España. Inversiones en infraestructuras que generan competitividad y puestos de trabajo.

P.– ¿Bajaría el IVA?
R.– Ya lo habríamos bajado. Hace tiempo que lo explicamos. Pero el PP, en cambio, lo ha subido.

P.– También habría declarado la república independiente catalana.
R.– Con el apoyo suficiente de una mayoría de los ciudadanos, ya la habríamos declarado, sí, porque creemos que es lo mejor para la sociedad catalana.

P.– ¿Cuál es el camino de ERC?
R.– La democracia encontrará el camino para expresarse. Estamos a favor de caminos democráticos.

P.– Votar no es nada malo, siempre que sirva para algo.
R.–Es bueno. Y cuanto antes votemos, mejor. Para resolver las dudas, nada como consultar a los ciudadanos. La democracia ha de ser vinculante.

P.– Escocia alcanzó un acuerdo con Londres para celebrar una consulta. ¿Es la vía más adecuada?
R.– Deberíamos estar de acuerdo en consultar a la sociedad. Hagámoslo. Ésa es nuestra aspiración. Ha pasado en Islandia y Noruega.

P.–Parece que aquí va a costar.
R.–Sí, porque el Gobierno español no quiere. Lo que sí es importante es que casi todas las propuestas de Esquerra serían buenas no sólo para Cataluña, sino para todo el Estado español. Deseamos que a todos nos vaya lo mejor posible. Hemos de pensar en el futuro dentro de la UE, y en el futuro de la propia UE.

P.– ¿Qué necesita España?
R.–La reforma agraria: no es aceptable que las ayudas sean por propiedad, y no por familia; es un escándalo descomunal que quien recibe más ayudas de la UE sea la duquesa de Alba. Hay que bajar impuestos y gastar menos en armamento y en submarinos defectuosos. Hagamos las infraestructuras pensando en exportar, y no en función de criterios políticos: trenes y aviones sin pasajeros.

P.– ¿Qué más vías propone para la consulta?
R.– En Madrid no están por la labor. Pero las otras dos vías son democráticas también. La democracia encontrará la vía de expresarse. Ha pasado en Europa: más de la mitad de los actuales estados se proclamaron independientes en el siglo XX.

P.–En el caso de Croacia, ingresa en la UE mucho después de ser un Estado.
R.– Como Austria, Hungría, Chequia o Eslovaquia. Eso depende. Luxemburgo o Alemania entraron el primer día. Al final, España será quien más interesada estará en que Cataluña sea de la UE. Las explotaciones españolas llegan a Europa pasando, en gran medida, por Cataluña. Es bueno para todos. Para el Estado y los políticos españoles, sería bueno que la economía catalana funcionara bien.

P.– ¿Sería realmente independiente de España una Cataluña independiente?
R.–Lo decidirán los ciudadanos. Es evidente que los vínculos entre los catalanes y los españoles son muy importantes y lo seguirán siendo. Queremos dar toda la relevancia que merecen a las empresas, cultura y ciudadanos españoles. El castellano será idioma oficial de la futura república catalana. Queremos tener las mejores relaciones posibles.

P.– El suyo es un discurso nuevo en su partido.
R.– Desgraciadamente, son los políticos españoles quienes hacen todo lo posible para que las relaciones entre Cataluña y España empeoren cada día. No sólo respecto a nosotros, sino a todos los ciudadanos españoles. Son el PP y el PSOE quienes han llevado a España a la peor crisis en décadas. Se esfuerzan cada día en mantenerla.

P.– ¿Tendría la república catalana ejército y moneda propia?
R.– ¿Ejército? Lo decidirá el pueblo catalán, como en cualquier otro país. ¿Moneda? Somos un contribuyente neto de la UE, y ni España ni la propia UE nos echarán. Es imposible que no estemos en la UE. Cualquier estado del mundo negociaría con Cataluña.

P.– Cataluña también derrocha. Dos ejemplos: la televisión pública y las embajadas por el mundo.
R.– Toda la corporación de radio y televisión cuesta 1/40 de lo que el Gobierno nos debe. Toda la representación exterior de la Generalitat cuesta menos que la reforma de la embajada de España en Rabat; cuesta una octava parte de lo que Bárcenas ha robado de la contabilidad del PP. Además, ayuda a exportar 58.000 millones de euros. Los sobres, no.

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