martes, abril 30, 2013

Los catalanes los mejores cocineros del mundo.

Cuando elBulli abandonó, en la cima mundial, para reconvertirse en un proyecto único en el mundo, desde Madrid rieron de odio (por fin un restaurante catalán no será el mejor del mundo pensaron)

Pues mira...
El Celler de Can Roca lleva a Girona y a Catalunya de nuevo al olimpo de la cocina mundial.

La pedrera de Ferran Adrià es como la del Barça.

La PIXAR ya piensa que las próximas aventuras de Ratatouille serán en Catalunya...

PALMARÉS:

Como puede verse, elBulli es el que ha ganado más "champions" con  5.
Catalunya ha conseguido 6 de 12.  Ningún restaurante español ha logrado el preciado título (ni en color ni en blanco y negro...)


Realmente nunca lo dejó de ser. Girona puede presumir de tener una de las más variadas y exquisitas gastronomías del mundo y de ocupar un lugar preeminente en la mente de muchos amantes de la cocina de todo el planeta. Una tierra bañada por el Mediterráneo, que también dispone de un recetario de carnes y productos de la huerta que son estrellas en platos como el suquet de peix, los arroces marineros, las espardenyes, el pa amb tomàquet o la escudella i carn d’olla. La coronación hoy de El Celler de Can Roca como el mejor restaurante del mundo por parte de los gurús de la revista Restaurant no hace sino afianzar este sentimiento. La orquesta perfecta formada por el trío de hermanos Roca –Joan, Josep y Jordi- ha tomado el testigo gastronómico que hace dos años dejó en el aire el cierre de El Bulli. Girona vuelve hoy a gritar con fuerza que su cocina está entre las mejores del mundo.

La capital gerundense se convierte en epicentro mundial de la cocina cada dos años durante la celebración del Fòrum Gastronòmic pero le hacía falta este nuevo reconocimiento desde lo más alto, este embajador con corona que será El Celler. 

Muchos expertos han anunciado el retorno a la cocina tradicional, de raíces. Quizás la sombra de elBulli sea lo suficientemente alargada y sus aprendices- ahora cocineros de renombre- lo magistralmente creativos como para que vayan a impedirlo por un largo tiempo. Ahora bien, esto es algo cíclico y, tras años de vanguardia, parece lógico pensar que más pronto que tarde se imponga por fuerza un regreso a la cocina de origen. La de los hermanos Roca puede ser esa inflexión que, aunque no buscada, tiene por una parte sus dosis de vanguardia creativa y su componente de memoria a las generaciones de antepasados, de tradición latente.

Pero no todo se reduce a El Celler de Can Roca pues la provincia de Girona tiene hasta 14 establecimientos que tienen su distintivo con estrella Michelín colado en la puerta y acompañado por otros tantos soles Respol. Este es el día grande de los hermanos Roca y nadie va a empañar la noticia, no obstante, las tierras gerundenses son fértiles en restaurantes que fraguan día a día la buena reputación de la cocina catalana. 

Bo.tic (una estrella Michelín), del cocinero Albert Sastregener, Ca L’Arpa (una estrella Michelín), de Pere Arpa –una casa de 1910 que se reabrió como restaurante-hotel en 2008–, Massana (una estrella Michelín), L’Aliança d’Anglés (una estrella Michelín), emplazado en un café modernista y comandado por Lluis Feliu, son algunos de ellos. También están Els Tinars (una estrella Michelín) o, ya en Figueres, ejemplos como Empordá -dirigido por Jaume y Albert Subirós y con una carta con cocina tradicional ampurdanesa- y Mas Pau (una estrella Michelín), fundado en 1960 de la mano de la familia Reig y gestionado por Toni Gerez y Xavier Sacristà, ambos discípulos también de Adrià. Y la lista no deja de ampliarse, en la última edición (2013) Els Brancs, en el Hotel Vistabella de Roses, obtuvo su primera estrella Michelín y Les Magnòlies, en Arbúcies, la suya.

Otros referentes de la cocina catalana que vienen inevitablemente a la mente por motivos obvios son Can Fabes (dos estrellas Michelín) y Sant Pau (Tres estrellas Michelín). Apeado del olimpo de la guía roja desde la muerte de Santi Santamaria y ahora con Jerome Bondaz como nuevo chef, Joan Roca tuvo en el chef de Sant Celoni el primer contacto con un cocinero de altura, mucho antes incluso de su paso por El Bulli en 1989.

Además, cabe añadir que a la buena cocina catalana que se trabaja en Girona, hoy premiada en todo el mundo, se añade la reputación de la D.O. Empordà que precisamente en la cosecha de 2012 fue récord de ventas con casi cinco millones de botellas.

CATALUNYA, FUERA DE ESPAÑA, TIENE UN FUTURO PROMETEDOR.


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